Las compañías aseguradoras tienen uno de los negocios más fructíferos de todos cuantos se pueden emprender: ofrecer seguros (obligatorios por ley) a los conductores de vehículos motorizados. Obviamente, la competencia en el sector es feroz, pues ante una norma impuesta por un organismo gubernamental, son muchas las compañías dedicadas a brindar el seguro más bueno, bonito y barato a sabiendas de que los clientes están obligados. Ahora bien, ¿cómo mejorar las ganancias anuales? Proponiendo que los ciclistas también entren en el mismo saco, tal y como ha comunicado el RACE (Real Automóbil Club de España).
A través de un comunicado de título más que llamativo (¡Pacto de Estado urgente!), el RACE reclama una serie de medidas para reducir el número de fallecidos en las carreteras españolas tras el triste aumento del número de muertes durante 2016. La intención es más que loable, pero las medidas que según el RACE se deberían adoptar para ello incluyen tres auténticas barbaridades que nada tienen que ver con las víctimas en carretera, sino más bien con los ingresos en las cuentas de la aseguradora: carné por puntos, matrícula y seguro obligatorio para ciclistas.
El RACE reclama un plan de convivencia en carretera para el coche y la bicicleta, donde se tenga en cuenta a ambos usuarios. Para mejorar esta convivencia, nada mejor que estudiar la posible viabilidad de hacer extensivo el carné por puntos a los ciclistas y obligarles a la posesión de un seguro y de una matrícula. Por supuesto, los argumentos acerca de las razones por las que un carné por puntos, seguro obligatorio y matrícula para los ciclistas ayudarán a mejorar la convivencia de los usuarios en la carretera y a reducir las cifras de fallecidos, brillan por su ausencia.
Estimados señores del RACE, más allá de los seguros que ustedes ofrecen, la inmensa mayoría de ciclistas son también conductores de vehículos motorizados, por lo que no es necesario encuadrarlos como usuarios noveles de las vías públicas. La inmensa mayoría de ciclistas también cuenta en su poder, aparte del seguro obligatorio de los vehículos que puedan tener, con una licencia federativa de ciclismo que, a su vez, también incluye un seguro. Y eso por no mencionar los seguros incluidos en multitud de pólizas (véase préstamos bancarios, decesos, hogar, salud, etc, etc) que una u otra persona tiene contratado de forma directa o indirecta.
Para mejorar la convivencia entre conductores y ciclistas no es necesario hacer pagar de más a los ciclistas, más bien concienciar a los conductores, a través de campañas formativas e informativas, de las leyes que deben respetar para evitar accidentes con ciclistas, en la mayoría de casos ignoradas por falta de conocimiento. Y, como no, proponer una mayor inversión en infraestructuras para que ciclistas y conductores puedan circular con una mayor seguridad.
En RACE | El RACE reclama un pacto de Estado urgente y bajar de 1.000 los fallecidos en carretera en 2017
