Muchos ciclistas ya han comprobado por propia experiencia que las pantallas de los teléfonos móviles, sobre todo las de los modelos más avanzados y caros, son especialmente frágiles. Llevar el móvil en el bolsillo del maillot o chaqueta, caerse de la bicicleta por un descuido y comprobar posteriormente que la pantalla del teléfono se ha hecho añicos, arruina el día a cualquiera. ¿Una opción más segura a la par que económica? Elegir alguno de los muchos teléfonos rugerizados disponibles en el mercado.
Teléfonos móviles rugerizados
El término rugerizado proviene del verbo inglés ruggedize, cuya definición en español se traduce como "fortalecer para una mejor resistencia al desgaste, estrés y abuso", y en el caso de los teléfonos móviles, hace alusión a una construcción mucho más resistente de la carcasa y otros componentes, en la mayoría de casos con protección de grado militar frente a los agentes externos.
Los teléfonos móviles rugerizados son dispositivos diseñados para soportar un mayor estrés, con carcasas estancas, extremadamente resistentes, pantallas de cristal extrafuerte y una autonomía muy por encima de los smartphones convencionales. Otra gran gran ventaja de este tipo teléfonos es que su precio tampoco es muy elevado, pudiéndose encontrar en el mercado una gran variedad de móviles rugerizados con procesadores multinúcleo, pantallas generosas y baterías de entre 3.000 mAh y 5.000 mAh con precios que oscilan entre los 150€ y los 300€ en la mayoría de casos.
Muchas son las marcas que ofrecen teléfonos móviles con carcasa rugerizada, destacando especialmente firmas como AGM, con una extensa gama de modelos; CAT, también con varios teléfonos rugerizados e incluso una tablet resistente a todo; QimmiQ, una de las marcas más vendidas en Amazon; o los modelos de marcas asiáticas como Homtom, Doogee o Blackview, entre otras muchas.
