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Diez prudentes consejos para circular con nuestra bicicleta sobre hielo y nieve

En la actualidad, el ciclismo de montaña y en especial el ciclismo urbano están experimentando un auge creciente en nuestro país. Ya sea por...

En la actualidad, el ciclismo de montaña y en especial el ciclismo urbano están experimentando un auge creciente en nuestro país. Ya sea por motivos ecológicos, urbanísticos o económicos, el uso de la bicicleta como medio utilitario en España está creciendo poco a poco a pesar de que todavía existen ciertas carencias culturales y prejuicios al respecto. Uno de estos prejuicios es que las bicicletas son para el verano, lo cual es tan cierto como que las bicicletas son para el invierno también.

Diez prudentes consejos para circular con nuestra bicicleta sobre hielo y nieve

Algunos consejos para rodar sobre hielo y nieve

Rodar sobre nieve o hielo requiere un poco más de prudencia sobre la bicicleta, pero sin duda se trata de una experiencia diferente que, además de divertida, puede resultar en ocasiones inevitable. Con los siguientes consejos, conseguiremos rodar sobre nieve o hielo sin besar el frío asfalto en el intento:

  • 1. Reducir la altura del sillín. Debemos colocar el sillín en una posición que nos permita colocar la planta de ambos pies en el suelo sin bajar del sillín. De esta forma, en caso de patinazo brusco, podemos colocar los pies en el suelo rápidamente y evitar una caída. Esta posición del sillín es la que da peor rendimiento a la hora de pedalear, pero circulando sobre hielo y nieve, no deberíamos pretender ganar ninguna carrera.
  • 2. Moderar la velocidad y los giros bruscos. El principal peligro de patinazo sobre una bicicleta ocurre en las frenadas, por lo que debemos reducir la velocidad para minimizar la cantidad e intensidad de frenadas sobre nuestra bicicleta. Los giros bruscos también provocan patinazos y caídas, de la misma forma que sucede cuando frenamos bruscamente con el freno delantero. Moderar la velocidad nos ayudará a evitar todos estos problemas.
  • 3. Montar en posición erguida. Además de reducir la altura del sillín, es muy recomendable montar de forma que podamos sentarnos de forma erguida sobre el sillín y apoyar el menor peso posible sobre el manillar. De esta manera, la rueda delantera de la bicicleta tiene menos tendencia a deslizarse y, en caso de patinar, nos permite recuperar el equilibrio más fácilmente y evitar una caída. El uso de manillares de doble altura o, si la bicicleta lo permite, elevar la posición del manillar es muy recomendable para rodar sobre hielo o nieve.
  • 4. Anticipar las frenadas con el freno trasero. No debemos esperar a frenar en el último momento. Tenemos que dejar de pedalear con antelación y reducir la velocidad de marcha gradualmente, para después hacer un uso mínimo de los frenos. Y lo más importante, debemos frenar con el freno trasero ya que el freno delantero suele provocar patinazos de la rueda y caídas nada divertidas (para nosotros).
  • 5. Escoge los caminos más limpios. Los planes de vialidad invernal municipales normalmente establecen un orden de preferencia a la hora de limpiar las calles de un municipio. Las calles o avenidas con más tránsito se limpian antes y con mayor frecuencia que el resto de vías con menor tránsito, y lo mismo ocurre con los caminos de montaña o puertos. Escoger siempre las vías más limpias y libres de hielo o nieve es lo más recomendable.
  • 6. Circular sobre las rodadas. Las rodadas que dejan otros vehículos o bicicletas sobre el suelo siempre están más limpias y libres de hielo y nieve. Rodar sobre nieve helada puede ser un verdadero peligro, y en caso de no estar helada puede esconder baches, socavones, piedras y otras sorpresas desagradables que no nos gustaría descubrir. Aprovechar las rodadas del camino, sobretodo si son de coche o camión, es lo más seguro para nosotros.
  • 7. Prestar atención a las condiciones del firme. Cuando el suelo está cubierto de nieve o hielo este consejo parece obvio, pero cuando el suelo parece estar bien hay que extremar las precauciones. En muchas ocasiones, sobretodo en zonas de sombra, suele haber hielo negro, que no es otra cosa que una capa de hielo transparente sobre el firme muy difícil de ver y que suele provocar bastantes caídas y accidentes de tráfico. Ir con los ojos bien clavados en el camino nos ayudará a reducir la probabilidad de caídas innecesarias.
  • 8. Prestar atención a los automóviles. Los automóviles son vehículos mucho más pesados que una bicicleta y patinan más fácilmente en las curvas y en las frenadas. Ademas, sobre hielo y nieve necesitan mucho más recorrido para frenar que una bicicleta, incluso a la misma velocidad de marcha. Si a ésto le sumamos que los conductores de automóvil tienen tendencia a hacer caso omiso de los ciclistas, el peligro está asegurado. Sobre hielo o nieve, debemos mantener una distancia más que prudencial con vehículos más pesados.
  • 9. No olvidar la iluminación. En condiciones de visibilidad adversas es realmente importante hacernos ver por el resto de ocupantes de la vía. La nieve y el hielo reducen la visibilidad y además suelen provocar reflejos y brillos que engañan, confunden y deslumbran al resto de conductores. Siempre debemos usar luz trasera, delantera y reflectantes traseros y laterales en nuestra bicicleta para aumentar nuestra propia seguridad.
  • 10. Adaptar la bicicleta y el equipamiento. Si vamos a rodar sobre hielo o nieve, sin duda la temperatura exterior será realmente baja. Debemos proteger nuestro cuerpo con ropa adecuada para ciclistas, que nos ofrezca una protección térmica adecuada, sin olvidarnos de las partes más importantes de nuestro cuerpo: cabeza, manos y pies. En nuestra bicicleta, podemos montar cubiertas de invierno si realmente es necesario y acoplar unos guardabarros a las ruedas que nos eviten cubrirnos de salpicaduras de nieve o hielo mientras rodamos.

Una vez vistos estos consejos para rodar mejor sobre hielo y nieve, no está de más comprobar como se las gastan nuestros amigos del norte de Europa en dichas condiciones.

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