El Cannondale Factory Racing ha desvelado en los Campeonatos del Mundo de Crans-Montana una serie de cuadros Scalpel que rinden tributo a la identidad suiza a través de un diseño exclusivo. La firma estadounidense ha reinterpretado los códigos visuales del país alpino, fusionando tradición gráfica y espíritu competitivo en una bicicleta concebida para destacar tanto en estética como en rendimiento.

Un homenaje al diseño helvético sobre las Scalpel del CFR
El punto de partida ha sido un lienzo en blanco con clara inspiración helvética. Las cuadrículas, la tipografía Helvetica y la sobriedad del estilo suizo se plasman en la base del diseño. A partir de ahí, Cannondale introduce un juego visual que rompe con la rigidez: tramas en semitonos, patrones difuminados y planos que cobran volumen. El resultado son cuadros que parecen vibrar en movimiento, con un carácter único para cada unidad.

Cada bicicleta refleja también la identidad de los corredores. Los colores de los maillots nacionales sirven de paleta para reinterpretar las Scalpel, logrando que cada ciclista se identifique con su máquina en la línea de salida. Es un diálogo entre tradición local y orgullo internacional, en el que el equipo encuentra un equilibrio entre unidad y diversidad.

La asimetría se convierte en un elemento central del diseño. Los lados del cuadro presentan ritmos visuales diferentes, generando una sensación de dinamismo que refuerza la idea de un objeto vivo. En el tubo principal, una inscripción con la frase Hola, mi nombre es aporta un guiño desenfadado que conecta con la estética urbana y la cultura del pogo, rompiendo con el carácter sobrio inicial.

La horquilla Lefty, seña de identidad de Cannondale, también forma parte del lenguaje visual. Personalizada con la misma gama cromática, subraya la apuesta por un diseño coherente en todos los detalles sin perder su esencia: precisión, rigidez y exclusividad para la alta competición.