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Nuevas trampas para ciclistas en los senderos... ¿Hasta dónde vamos a llegar?

A pesar de que todavía no es una práctica generalizada, lo cierto es que de un tiempo a esta parte han aparecido en todo tipo de foros...

A pesar de que todavía no es una práctica generalizada, lo cierto es que de un tiempo a esta parte han aparecido en todo tipo de foros dedicados al ciclismo de montaña algunas imágenes de trampas colocadas en senderos y dirigidas especialmente a los ciclistas. Con el objetivo de dificultar o impedir el paso, de pinchar las ruedas de la bicicleta e incluso de causar las lesiones más graves que podamos imaginar, este tipo de trampas se está convirtiendo en una mala práctica que, sencillamente, no podemos ni debemos tolerar... ¿Hasta dónde vamos a llegar?

Nuevas trampas para ciclistas en los senderos... ¿Hasta dónde vamos a llegar?

Supuestamente, estas trampas para ciclistas hábilmente camufladas por todo tipo de senderos son colocadas por aficionados a la caza y ganaderos que, cansados de que los ciclistas circulen por dichas zonas, intentan impedir el paso mediante una serie de prácticas que solo pueden ser calificadas como imperdonables. Maderas con clavos enterradas en el suelo, alambres colocados estratégicamente entre árbol y árbol e incluso estacas de madera ocultas cortando los caminos son algunas de estas supuestas trampas, potencialmente peligrosas para los ciclistas pero también para cualquier persona que disfrute de un paseo por la naturaleza.

Nuevas trampas para ciclistas en los senderos... ¿Hasta dónde vamos a llegar?

Afortunadamente y gracias a Internet y a las Redes Sociales, este tipo de trampas está siendo denunciado y puesto en conocimiento de un buen número de ciclistas. Hace apenas unos días, el corredor Sergio Mantecón publicaba en su Twitter una espeluznante fotografía de una madera con clavos, y desde @spainbikes llegaba la respuesta en forma de otra trampa que había destrozado literalmente las ruedas de una bicicleta, mientras que con anterioridad ya habían salido a la luz casos tan extremos como el de un alambre cruzado entre dos árboles (Iberobike) y otros muchos más de vergonzosa índole.

Como podemos imaginar, este tipo de trampas son un claro atentado contra la propia integridad física de una persona. Lejos de ser simples señales disuasorias, los desaprensivos autores de estas salvajadas están cometiendo un delito castigado penalmente por la ley, por lo que no debemos dudar en avisar a las autoridades ante la menor sospecha o encuentro con una de estas trampas mortales para ciclistas. Precaución ahí fuera, chicos y chicas.

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