En el mundo del ciclismo, al igual que ocurre en otros muchos deportes y/o aficiones, encontramos personas VERDADERAMENTE apasionadas, con mayúsculas incluidas. Probablemente, muchos de nosotros tenemos una bicicleta que cuidamos con más o menos mimo, e incluso unos pocos más disfrutan de dos o tres bicicletas entre sus envidiables pertenencias. Pero a un nivel muy superior, infinitamente superior, hay personas que superan con creces cualquier expectativa relacionada con la pasión por las bicicletas. A continuación, el garaje para bicicletas más maravilloso del mundo... o casi.
Tras una sólida puerta se esconde el tesoro mejor guardado de este/a anónimo/a apasionado/a del ciclismo.
No falta la cerradura electrónica, con código PIN secreto para acceder.
Introduciendo el código correcto, la puerta se desliza descubriendo su interior.
Bicicletas antiguas, cuadros de época, componentes, revistas... y hasta una colección de figuritas.
Y por supuesto, una maravillosa colección de bicicletas de valor incalculable, aunque sea en el plano sentimental.
En Campagnolo Delta Brakes | The Fourth Room