Jolanda Neff lleva toda una vida ligada al ciclismo. La suiza explica que nunca tomó la decisión consciente de empezar a montar en bici: simplemente formó parte de su día a día desde que era una niña. Las primeras rutas con su familia marcaron el inicio de una trayectoria que avanzó de forma natural hacia la competición, donde debutó con apenas seis años.

Victorias decisivas, aprendizaje continuo y una relación sana con la presión
Para Neff, el oro olímpico representa el logro más visible de su carrera, la cima que cualquier ciclista de Mountain Bike aspira a alcanzar. Aun así, destaca que su trayectoria está construida también sobre pequeñas victorias personales que se producen en entrenamientos o en días complicados, cuando algo no funciona y aun así se logra recomponer la jornada.
Uno de los recuerdos que más la acompaña es la final de la Copa del Mundo de 2018 en La Bresse. Aquella carrera lo decidía todo: la general dependía del resultado final. Sufrió dos pinchazos, perdió tiempo y aun así logró remontar hasta cruzar la meta en solitario. Califica aquella actuación como épica, una demostración de resiliencia en un escenario de máxima exigencia.
La presión es un factor que ha aprendido a manejar desde niña. Recuerda escuchar predicciones sobre un futuro olímpico cuando tenía ocho años. Con el tiempo comprendió que muchos comentarios nacen del entusiasmo y que lo importante es mantener la perspectiva. Su entorno resulta clave en esa estabilidad: la familia y los amigos le permiten conservar un equilibrio que considera esencial para disfrutar del deporte sin perder de vista lo que realmente importa.
Ese equilibrio también marcó su etapa escolar. Hasta los 14 o 15 años obtenía resultados muy altos, pero a medida que aumentaba su dedicación al ciclismo destinaba más tiempo al entrenamiento. Completó sus estudios sin problemas, aunque priorizando cada vez más su carrera deportiva.
En el plano técnico, Neff subraya la importancia del manillar como punto fundamental del control de la bicicleta. La posición, el ángulo y la anchura determinan si el pilotaje resulta natural en subidas y bajadas. Para ella, un manillar bien ajustado debe sentirse como una extensión del propio cuerpo.
El relato de Jolanda Neff refleja una carrera construida sobre la naturalidad, el apoyo familiar y la capacidad de convivir con las expectativas sin perder la conexión con el ciclismo como parte esencial de su vida. Su enfoque sigue inspirando a las personas que siguen su trayectoria y la reconocen como una de las figuras más influyentes del Mountain Bike actual.