La marca finlandesa renueva uno de sus relojes estrella, el Polar M400, con una mejorada versión que, entre otros detalles, incluye sensor óptico de frecuencia cardíaca para decir adiós a las bandas torácicas. El nuevo Polar M430 llega al mercado con los más exigentes aficionados al running en su punto de mira, diseñado para convertirse en el perfecto compañero de un deportista gracias a funciones exclusivas de entrenamiento, cuantificación de la actividad diaria, el mencionado sensor óptico de pulso y muchas más novedades.
Entre las mejoras introducidas en el Polar M430 (con respecto al M400) encontramos un sinfín de detalles: un sensor óptico de frecuencia cardíaca de 6 LEDs; un nuevo conector USB para facilitar la carga y transferencia de datos; una batería de mayor capacidad (hasta 8 horas de autonomía con sensor óptico y GPS); avisos por vibración; seguimiento del sueño nocturno mejorado con la función Sleep Plus; modos de GPS de bajo consumo; seguimiento en tiempo real de la actividad diaria; y menos peso que su antecesor, entre otros detalles.
A pesar de tratarse de un reloj GPS enfocado al running, el Polar M430 cuenta con distintos perfiles de deporte para adaptar la información ofrecida por el dispositivo, tales como el cálculo de la carga de entrenamiento y el consumo de calorías, a la actividad realizada. No faltan tampoco las funciones habituales de Polar, como las pantallas de entrenamiento personalizadas, los programas de entrenamiento específicos, la monitorización 24/7 de la actividad y el sueño y, por supuesto, algunas mejoras sobre las ya existentes, como las alertas por vibración, anteriormente solo disponibles como alertas sonoras.
Con un peso declarado de 51 gramos, un grosor de 12 milímetros y una pantalla de alta resolución de 128x128 píxeles, el Polar M430 llega a las tiendas a partir de mayo de 2017 disponible inicialmente en tres colores, blanco, gris y un llamativo naranja, por un precio recomendado de 229€.
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