El ingeniero y preparador sueco Gustav Gullholm, conocido en el sector como Dangerholm, vuelve a firmar un proyecto que desafía las categorías tradicionales del ciclismo. En esta ocasión, el punto de partida es una Scott Spark RC de Cross Country, profundamente modificada para explorar hasta dónde puede llegar el concepto gravel cuando se combina con suspensión total, aerodinámica y soluciones técnicas poco convencionales.

Una MTB adaptada al gravel con cambios estructurales y soluciones inéditas
Lejos de limitarse a un simple cambio de manillar, la base del proyecto pasa por una intervención directa sobre el cuadro. Uno de los principales obstáculos era el tamaño máximo del plato, insuficiente para un uso orientado a competiciones gravel rápidas. Para resolverlo, Dangerholm abrió y reforzó la vaina derecha, permitiendo el montaje de platos Direct Mount de gran diámetro, con opciones que alcanzan los 46 dientes y un diseño aerodinámico específico.

La suspensión es otro de los pilares del montaje. En la parte delantera se opta por una horquilla RockShox SID SL con 110 mm de recorrido, una elección pensada para reducir peso y ajustar la geometría a un uso menos agresivo que el Cross Country puro. En la zaga, el trabajo es aún más preciso: el amortiguador trasero fue modificado internamente para reducir su carrera, quedando el recorrido final en tres configuraciones equivalentes que oscilan entre una posición prácticamente rígida y algo más de 100 mm.

El sistema Flight Attendant juega un papel clave en el concepto general. Al tratarse de una bicicleta con puesto de mando de gravel, sin mandos clásicos de bloqueo, el control automático de la suspensión se convierte en una solución funcional. El sistema se gestiona desde las manetas mediante una pulsación específica, integrando el comportamiento de la suspensión sin comprometer la ergonomía.

Uno de los elementos más llamativos del montaje son las ruedas. Se trata de un juego prototipo extremadamente ancho y profundo, desarrollado a partir de una llanta de enduro de 29 pulgadas sobre la que se ha creado un perfil exterior aerodinámico. Con más de 50 mm de anchura externa y una profundidad cercana a los 70 mm, están diseñadas para trabajar con neumáticos de 57 mm, buscando un equilibrio entre baja resistencia a la rodadura, estabilidad y cierta ganancia aerodinámica en terrenos rápidos.

El peso declarado del conjunto de ruedas es elevado para los estándares gravel actuales, aunque el propio proyecto se plantea como banco de pruebas. La previsión es que una versión final optimizada pueda rebajar de forma notable esa cifra, acercándose a valores más competitivos.

En la transmisión aparece otra decisión poco habitual: un grupo SRAM XPLR de 13 velocidades con cassette 10-46. La elección no está exenta de compromisos, ya que la variación de la longitud de vainas provocada por la suspensión exige un ajuste muy fino del cambio trasero. El propio Gullholm advierte de que se trata de una solución experimental, pensada para este montaje concreto y no para una reproducción en serie.

El resto de componentes mantiene la línea habitual de Dangerholm, con piezas ultraligeras y altamente personalizadas. Destaca un cockpit integrado a medida firmado por Darimo, con una geometría adaptada a un cuadro de montaña, además de tija y pequeños componentes optimizados para peso y rigidez.

El resultado final es una bicicleta que se sitúa fuera de cualquier etiqueta convencional. Con algo más de 10 kg sin pedales, esta Spark RC reinterpretada no pretende marcar tendencia inmediata, pero sí abrir el debate sobre el futuro del gravel competitivo y el papel que la suspensión puede jugar en recorridos cada vez más exigentes.