La ciclista neozelandesa Robin Goomes volvió a brillar en el desierto de Utah al proclamarse vencedora del Red Bull Rampage 2025 en su categoría femenina. Con una actuación impecable y dos espectaculares Backflips, Goomes defendió su corona en una de las competiciones más exigentes del ciclismo de montaña extremo, consolidando su nombre entre las grandes figuras del Freeride.

Goomes deslumbra en Utah con dos Backflips que la consagran como la reina del Freeride mundial
El Red Bull Rampage es mucho más que un evento deportivo: es una prueba de valentía y técnica sobre un terreno árido y vertical donde cada salto supone un riesgo calculado. La segunda edición femenina, celebrada el 17 de octubre en Virgin (Utah), reunió a las mejores especialistas del mundo, quienes afrontaron líneas construidas por ellas mismas sobre acantilados de roca rojiza y bajadas de vértigo.
La jornada fue un auténtico espectáculo visual, con un público entregado y millones de espectadores conectados a través de Red Bull TV y el canal de Red Bull Bike en YouTube. Allí, Goomes deslumbró con una bajada casi perfecta, destacando por su fluidez, control y creatividad. Su puntuación final, 89.50 puntos, le bastó para imponerse por un estrecho margen a la estadounidense Hannah Bergemann (89,33 puntos) y a la canadiense Georgia Astle (87,66 puntos).
La victoria de Goomes no fue solo una demostración de técnica, sino una reivindicación del talento femenino dentro del Freeride, una modalidad tradicionalmente dominada por hombres. Su actuación, con dos Backflips ejecutados sobre una línea expuesta y de gran dificultad, fue recibida con ovaciones tanto por el jurado como por sus compañeras de competición.

Este año, el Rampage ha introducido un formato renovado con dos días de acción: el viernes dedicado a las ciclistas y el domingo reservado para la élite masculina. Con ello, la organización refuerza su apuesta por la igualdad y por la expansión del Freeride como disciplina de referencia dentro del ciclismo de montaña.
Los jueces valoraron las bajadas según parámetros como la dificultad de la línea, la ejecución, el flujo, la amplitud y los trucos. Cada participante tuvo libertad para construir su propio recorrido junto a un equipo reducido de constructores, lo que añadió un componente artístico al desafío técnico.
El paisaje desértico de Utah, con sus crestas y cañones de arenisca, volvió a ser el escenario perfecto para poner a prueba los límites de la gravedad. Las imágenes de Goomes aterrizando con precisión milimétrica sobre un terreno tan hostil son ya parte de la historia del Rampage y reflejan la esencia pura del Freeride: riesgo, control y creatividad en su máxima expresión.