Los pinchazos siguen siendo uno de los contratiempos más molestos para cualquier ciclista. Con la idea de reducir al mínimo estas paradas inesperadas, las cámaras Slime con líquido sellante integrado se han consolidado como una solución práctica y asequible para miles y miles de usuarios de bicicleta.

Un aliado indispensable para rutas y desplazamientos diarios
Estas cámaras están rellenas con un sellante de fibras que actúa automáticamente en caso de perforaciones de hasta 3 mm. El líquido se distribuye en el interior y sella el orificio al instante, permitiendo continuar la ruta sin tener que desmontar la rueda. El producto, además, es respetuoso con el medio ambiente: no es tóxico, no es inflamable y se limpia con agua sin dificultad.

La instalación no difiere de la de una cámara convencional, ya que se montan como cualquier otra, tanto con válvula Presta como con Schrader. Su disponibilidad en una amplia gama de medidas (desde ruedas infantiles de 16 pulgadas hasta modelos de 29 pulgadas y formatos de carretera en 700c) las hace aptas para todo tipo de bicicletas, desde urbanas hasta de montaña y gravel.
Uno de los aspectos más valorados por los usuarios es la tranquilidad que ofrecen en rutas largas o salidas de fin de semana, cuando un pinchazo puede arruinar la jornada. El fabricante garantiza hasta dos años de protección activa, lo que refuerza su atractivo frente a las cámaras convencionales.

En cuanto al precio, se pueden encontrar diferentes opciones en Amazon con un coste muy ajustado. Por ejemplo, la medida de 29x1.5-2.3" se comercializa por 10,10 €, una cifra más que competitiva teniendo en cuenta el beneficio de no tener que parar a reparar pinchazos con tanta frecuencia.