En un mundo donde la movilidad sobre dos ruedas gana protagonismo cada día, la necesidad de contar con soluciones prácticas y eficientes para transportar equipaje se ha convertido en una prioridad. Ortlieb, marca reconocida por su innovación y calidad en accesorios para ciclismo, ha desarrollado el sistema Quick-Rack, una línea de portaequipajes desmontables que transforma cualquier bicicleta deportiva en una herramienta útil para el día a día, sin sacrificar su rendimiento original.

Tres portaequipajes para distintos perfiles de ciclistas
El Quick-Rack destaca por su sistema de montaje rápido, que permite instalar o desmontar el portaequipajes en apenas segundos. Con un método 5/15 (cinco segundos para desmontar y quince para montar), esta solución es ideal para quienes usan su bicicleta tanto para desplazamientos cotidianos como para rutas deportivas los fines de semana. Gracias a esta versatilidad, ya no es necesario elegir entre una bici ligera y una utilitaria: ahora se puede tener ambas con un simple gesto.

El Quick-Rack Light es la opción más ligera, con un peso de tan solo 440 gramos. Pensado para ciclistas que cuidan cada gramo de su montura, este modelo no sacrifica funcionalidad: es compatible con todas las alforjas Ortlieb y puede soportar hasta 20 kg de carga. Gracias a sus estribos laterales de aluminio de 10 mm, garantiza estabilidad y seguridad en el transporte, incluso en trayectos urbanos con tráfico o paradas frecuentes.

Por su parte, el Quick-Rack L se presenta como una alternativa más robusta sin perder la esencia modular. Con 605 gramos de peso y la misma capacidad de carga (20 kg), incluye características adicionales como dos niveles de montaje, una plataforma compatible con el sistema Top-Lock y preparación para luz trasera. Este modelo es especialmente adecuado para quienes necesitan combinar bolsas laterales y cestas, ampliando el volumen de carga sin comprometer la maniobrabilidad de la bicicleta.

En el extremo superior de la gama se encuentra el Quick-Rack XL, con una carga máxima de hasta 26 kg. A pesar de su mayor capacidad, mantiene un peso contenido (780 gramos) y las mismas funcionalidades que el modelo L, lo que lo convierte en la opción preferida para cicloturistas y usuarios que transportan cargas voluminosas de manera habitual.

Todos los modelos están diseñados para adaptarse a ruedas de 26" y 28", y el modelo XL también a bicicletas de 29". Pueden montarse en cuadros de carbono (con roscas M5 o M6) y bicicletas con suspensión total, lo que los convierte en sistemas verdaderamente universales. Además, Ortlieb ha previsto una amplia gama de accesorios opcionales, como guardabarros de distintas anchuras y adaptadores para ejes o tijas de sillín, facilitando una integración limpia y sin necesidad de herramientas adicionales.

La instalación es intuitiva y se realiza con el kit de montaje incluido. Para proteger la pintura del cuadro, se recomienda usar láminas protectoras en los puntos de contacto, una precaución sencilla que alarga la vida útil del sistema y de la bicicleta. Con precios que oscilan entre los 96,60€ y los 122€, según el modelo, esta inversión se traduce en comodidad, funcionalidad y una mayor autonomía sobre la bici.