La industria del deporte digital vive un momento de gran tensión tras conocerse que Strava ha presentado una demanda contra Garmin en el Tribunal de Distrito de Colorado, en Estados Unidos. La red social deportiva acusa al fabricante estadounidense de vulnerar varias de sus patentes, entre ellas las relacionadas con los populares Segmentos y los mapas de calor o heatmaps. La disputa no es menor, ya que de prosperar, podría frenar la venta de gran parte de los dispositivos GPS de Garmin.

Un conflicto que puede redefinir el futuro del ciclismo digital
El primer punto de fricción son los Segmentos. Estas secciones de ruta permiten a los ciclistas medir su rendimiento y compararlo con el de otros usuarios en clasificaciones virtuales. Strava sostiene que, aunque en 2015 firmó con Garmin un acuerdo de cooperación para implementar los Strava Live Segments en sus dispositivos, la compañía tecnológica habría seguido desarrollando una solución propia de manera paralela, infringiendo lo pactado.
El segundo aspecto en litigio afecta a los heatmaps, mapas que representan de forma visual las rutas más transitadas por la comunidad. Strava considera que Garmin ha replicado esta funcionalidad en sus plataformas, lo que supone un perjuicio directo a su modelo de negocio. No obstante, los defensores de Garmin recuerdan que la firma ya había mostrado versiones preliminares de mapas de popularidad en 2013, incluso antes de que Strava registrara oficialmente sus patentes. Ese detalle podría ser decisivo en la batalla legal.
Según los documentos judiciales, Strava alega pérdidas económicas, erosión de su ventaja competitiva y daño reputacional, además de beneficios indebidos para Garmin. La empresa afirma que notificó estas supuestas infracciones en varias ocasiones durante los últimos meses, sin obtener respuesta satisfactoria.
Ante esta situación, ha solicitado al tribunal una orden judicial permanente que impida la comercialización de cualquier dispositivo Garmin que incorpore dichas funciones. De aprobarse, la medida afectaría directamente a la mayoría de relojes deportivos Garmin y ciclocomputadores Edge.
El trasfondo del conflicto refleja meses de desencuentros entre ambas compañías. Strava introdujo cambios en su API que complicaron la integración con aplicaciones y servicios de terceros, un movimiento criticado abiertamente por Garmin. La compañía de dispositivos GPS ha manifestado en otras ocasiones su preocupación por el uso de datos de sus clientes en proyectos de inteligencia artificial desarrollados por plataformas externas.
Por el momento, Garmin no ha realizado declaraciones oficiales. Strava, en cambio, insiste en que su intención no es bloquear la sincronización de datos entre Garmin Connect y su plataforma, y que espera que la multinacional valore la importancia de la comunidad compartida por ambas marcas. Sin embargo, el hecho de que se haya optado finalmente por la vía judicial evidencia que las negociaciones informales han quedado rotas.
El resultado de este litigio podría sentar un precedente para el futuro de las plataformas deportivas digitales. El desenlace no solo impactará en el mercado de dispositivos GPS, sino también en la manera en la que se comparten y gestionan los datos de millones de ciclistas y corredores en todo el mundo.