Uno de los fallos más frecuentes entre ciclistas de carretera y montaña en salidas de larga distancia es utilizar zapatillas excesivamente ajustadas. Aunque pueda parecer que un calzado muy ceñido aporta mayor control sobre la bicicleta, la realidad es que puede convertirse en el origen de molestias, pérdida de rendimiento e incluso lesiones.

Consejos para evitar molestias y lesiones en el ciclismo de fondo
El pie tiende a dilatarse con el esfuerzo, el calor y el paso de los kilómetros. Cuando las zapatillas no ofrecen la holgura necesaria, la circulación se ve comprometida, provocando dolor, sensación de hormigueo o entumecimiento en los dedos. En jornadas de varias horas, este detalle puede marcar la diferencia entre disfrutar del recorrido o sufrir hasta el final de la ruta.
Los ciclistas que aprietan demasiado las correas o cierres buscan habitualmente un mayor rendimiento en la transmisión de la fuerza. Sin embargo, el exceso de presión puede generar el efecto contrario: disminución de la eficiencia del pedaleo y sobrecarga muscular en gemelos y plantas de los pies.
Un calzado específico para ciclismo debe equilibrar ajuste y comodidad. La zapatilla ha de sujetar el talón para evitar movimientos indeseados, pero a la vez permitir cierta expansión natural de los dedos. Un error común es comprar la talla demasiado justa pensando que el material se adaptará con el uso, cuando lo recomendable es probar diferentes modelos y asegurarse de que, incluso tras horas de pedaleo, el pie no queda comprimido.
Otro aspecto clave es la elección de los calcetines. Aquellos demasiado gruesos, sumados a un ajuste excesivo del calzado, acentúan los problemas de presión. Optar por prendas técnicas, transpirables y de grosor medio es la mejor alternativa para rutas de larga duración.
Además, muchos ciclistas no revisan el estado de las plantillas ni la correcta colocación de las calas. Una mala alineación puede aumentar los puntos de presión en el pie y derivar en molestias innecesarias. Conviene revisar periódicamente tanto el calzado como la posición de las calas, especialmente si aparecen dolores recurrentes.
En resumen, llevar las zapatillas demasiado apretadas es un error evitable que puede arruinar una salida. Ajustar correctamente los cierres, elegir la talla adecuada, revisar el estado de las plantillas y utilizar calcetines apropiados son pasos sencillos que contribuyen a mejorar la comodidad y el rendimiento en cada salida ciclista.