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Bebidas isotónicas o agua: ¿cuál es la mejor opción para hidratarse durante el verano?

La elección entre agua y bebidas isotónicas genera debate y dudas, especialmente cuando se busca mantener el rendimiento y favorecer la recuperación bajo altas temperaturas.

Durante los meses de calor, la hidratación es un aspecto fundamental para cualquier ciclista o deportista al aire libre. La elección entre agua y bebidas isotónicas genera debate y dudas, especialmente cuando se busca mantener el rendimiento y favorecer la recuperación tras entrenamientos o rutas exigentes bajo altas temperaturas.

Bebidas isotónica y agua. Imagen: TodoMountainBike
Bebidas isotónica y agua. Imagen: TodoMountainBike

Hidratación en días calurosos

Cuando la temperatura aumenta, el cuerpo experimenta una mayor pérdida de líquidos y electrolitos a través del sudor. Esta situación puede llevar a una disminución del rendimiento físico, fatiga prematura y, en casos extremos, a trastornos relacionados con el calor. Por este motivo, los ciclistas deben prestar atención tanto a la cantidad como a la calidad de los líquidos que consumen durante sus salidas estivales.

El agua es la opción más sencilla y accesible para reponer líquidos. Su función es esencial: mantiene el equilibrio hídrico y ayuda a regular la temperatura corporal. Para salidas cortas, de baja a media intensidad y en las que no se supera la hora de ejercicio, el agua suele ser suficiente para la mayoría de los deportistas, siempre que se complemente con una correcta alimentación que aporte los minerales necesarios.

Las bebidas isotónicas, por su parte, están diseñadas para reponer no solo el agua perdida, sino también electrolitos como sodio, potasio, magnesio y, en menor medida, carbohidratos. Su consumo es recomendable en jornadas de alta exigencia, salidas prolongadas o cuando el calor es intenso y el sudoración es abundante. Estos productos ayudan a mantener los niveles de sales minerales y energía, retrasando la fatiga y favoreciendo una recuperación más rápida tras el esfuerzo.

Comparativa de ambas opciones:

  • Agua: ideal para esfuerzos de corta duración, bajo riesgo de calambres y temperaturas moderadas. No aporta electrolitos ni azúcares, por lo que puede quedarse corta en escenarios de esfuerzo prolongado o muy intenso.
  • Bebidas isotónicas: adecuadas para rutas largas, condiciones extremas de calor o deportistas que tienden a sudar en exceso. Permiten mantener la función muscular y el equilibrio electrolítico, aunque su abuso puede no ser recomendable en personas con problemas renales o que deban limitar el consumo de azúcar.

La decisión entre agua y bebidas isotónicas debe basarse en la duración, intensidad y condiciones de la actividad. Para rutas cortas o poco exigentes, el agua es más que suficiente. Sin embargo, cuando el calor aprieta y la salida es prolongada, las bebidas isotónicas pueden marcar la diferencia en el rendimiento y la recuperación, ayudando a evitar desequilibrios electrolíticos y a mantener la energía.

Consejos para una hidratación eficaz:

  • Planificar la hidratación antes, durante y después de la salida.
  • Adaptar la elección de la bebida al tipo de actividad y condiciones climáticas.
  • No esperar a tener sed: la sensación de sed aparece cuando la deshidratación ya ha comenzado.
  • Si se eligen bebidas isotónicas comerciales, mejor aquellas con bajo contenido en azúcar y una proporción equilibrada de sales minerales.