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Las cinco cosas que un ciclista debe mirar en su bicicleta antes de salir de ruta

Siempre es mejor prevenir que curar, y en el caso de una bicicleta, saber lo que hay que comprobar antes de salir de ruta marca la diferencia.

Pinchazos, salidas de cadena, ruidos en la transmisión, discos que rozan o componentes que se aflojan son los problemas que muchos ciclistas principiantes sufren con más frecuencia de lo habitual mientras otros compañeros más experimentados quedan impunes. ¿Por qué pasa esto? Porque siempre es mejor prevenir que curar, y en el caso de una bicicleta, saber lo que hay que comprobar antes de salir de ruta marca la diferencia.

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Ciclista de montaña porteando bicicleta. ©Moerschy/Pixabay

La presión de los neumáticos

La inmensa mayoría de problemas con los neumáticos está directamente relacionada con llevar una presión inadecuada en los mismos. Una rápida comprobación de la presión apretando con los dedos de la mano (en el caso de ciclistas experimentados) o con una bomba de aire con manómetro (en el caso de dudas) en esencial para disfrutar de una ruta sin pinchazos ni pellizcos peligrosos.

La lubricación de la cadena

Los ruidos y crujidos de la transmisión son originados en la mayoría de casos por una cadena mal lubricada. La cadena de transmisión debe estar siempre limpia y correctamente engrasada para evitar, además de ruidos, el desgaste prematuro de otros componentes como pueden ser piñones y platos. ¿La mejor opción? Aplicar una ligera capa de lubricante en cera antes de salir a rodar para prevenir cualquier problema.

El funcionamiento de los frenos

No hay nada más terrorífico para un ciclista que bajar a toda velocidad por el monte o el asfalto y, a la hora de apretar las manetas de freno, no obtener ninguna respuesta. No es un problema habitual, pero concierne especialmente a la seguridad del ciclista y solo se necesitan unos pocos segundos antes de salir a rodar para comprobar que los frenos cumplen con su función. En caso contrario, hay que revisar el estado de las pastillas, zapatas o del circuito hidráulico según sea el caso.

El giro libre de la rueda

No son pocos los ciclistas que, tras una larga ruta en la que se han esforzado al máximo, han descubierto con cara de sorporesa que uno de los frenos de su bicicleta estaba mal ajustado produciendo un roce continuo en el disco o la llanta. Antes de salir a pedalear, no cuesta nada levantar la bicicleta dejando libre cada una de las ruedas para girarlas con la mano y comprobar si se producen rozamientos no deseados.

El apriete de los componentes

Un pedal suelto, un manillar que se mueve, un puño que gira, una rueda que baila o una tija que se baja sola son problemas relacionados con un mal apriete. Comprobar la correcta sujeción de estos componentes ejerciendo presión con las manos (en el caso de ciclistas experimentados) o mediante las herramientas adecuadas (en el caso de dudas) es un proceso muy rápido que sirve para prevenir problemas mayores.

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