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Cinco maneras de convertirse en un gilip****s sobre la bicicleta

En el colectivo ciclista también hay ovejas negras: las cinco maneras más habituales de convertirse en un gilip****s sobre pedales.

Ser parte del colectivo ciclista es compartir con cientos de miles de personas una bonita pasión, la bicicleta, y valores tan notables como la libertad, la solidaridad, la salud o el respeto por el medio ambiente. Sin embargo, como todo gran colectivo, el mundo del ciclismo no está carente de sus propias ovejas negras; todas aquellas personas que, por una serie de motivos concretos, se convierten en el peor ejemplo y la vergüenza del resto del ciclistas.

En TodoMountainBike: Cinco maneras de convertirse en un gilip****s sobre la bicicleta

Los gilip****s sobre la bicicleta

Prácticamente la mayoría de ciclistas se adentra en el mundo de los pedales con una actitud integradora, con ganas de aprender y pasarlo bien. Por desgracia, a medida que el ciclista adquiere experiencia, comienzan a aflorar otra serie de actitudes mucho menos agradables, fruto de la personalidad de la persona y de una autoestima muy por encima de lo normal. Es en este punto (aunque veces, incluso antes) donde nacen esos ciclistas que avergüenzan al resto del colectivo con sus acciones o formas de comportamiento. ¿Cómo se convierte un ciclista en un gilip****s sobre la bicicleta?

No cumpliendo las normas de tráfico ni respetando al resto de usuarios: saltarse semáforos, cedas el paso, circular a toda velocidad por aceras repletas de peatones, circular en filas de más de dos entorpeciendo el tráfico motorizado, hacer uso del móvil o de unos auriculares mientras se pedalea, circular por vías de dirección contraria, entrar en caminos particulares o espacios protegidos, etc, etc. Todos estos hábitos, más frecuentes de lo deseable en el mundo del ciclismo, son ejemplos bastante gráficos de lo que es un gilip****s sobre una bicicleta.

Negando el saludo y ayuda a otros ciclistas: el compañerismo es una norma no escrita en el mundo del ciclismo, pero de obligado cumplimiento. Salvo raras excepciones (por ejemplo, en una competición), no ayudar a otro ciclista con problemas es un comportamiento más que reprochable, sobre todo cuando se trata de alguien en apuros a muchos kilómetros de la civilización. En lo que respecta al saludo, es lógico no saludar a todos y cada uno de los ciclistas que se pueden cruzar en el camino, pero también es de gilip****s no saludar a ninguno, sin excepción.

Obsesionándose con la velocidad y los KOMs de Strava: no son pocos los ciclistas que, por superar un KOM o una marca previa de velocidad, ponen en peligro a otros ciclistas e incluso su propia integridad física. Encontrarse a un gilip****s sobre pedales pasando a ras de uno mismo en mitad de un sendero es cada vez más habitual, por no mencionar al típico gilip****s que hace lo mismo pero en un descenso sobre asfalto, con el riesgo que ello comporta. Superar marcas está muy bien, pero siempre con responsabilidad y sin poner en peligro a nadie.

Comprándose una bicicleta eléctrica para machacar a los compañeros: motivos para hacerse con una bicicleta eléctrica hay más que suficientes y perfectamente válidos, ya sea para retomar una actividad perdida hace años, para poder alcanzar lugares mucho más lejanos o inaccesibles de otro modo, para disfrutar de los descensos sin sacrificar energía en los ascensos, para acompañar a otros ciclistas más jóvenes o preparados, etc. Por desgracia, también hay gilip****s que compran una bicicleta eléctrica con la única intención de machacar a los compañeros de ruta, de liderar la grupeta, o de adelantar a la menor oportunidad a cualquiera que ruede sin más potencia que la de sus piernas.

Argumentando, mintiendo y fanfarroneando todo el día, a todas horas: casi todas las grupetas cuentan con un individuo de este tipo: el típico ciclista que pone excusas a todo (no he entrenado, ayer salí, me duele esto o aquello, no tengo la bici fina, hoy no pero mañana sí, etc) y que, a pesar de no tener un nivel técnico digno de mención, siempre está fanfarroneando de una hazaña u otra sobre los pedales. Estos gilip****s sobre la bicicleta son fácilmente reconocibles porque a pesar de no sacar provecho a su equipo, suelen tener bicicletas de muchos miles de euros, la mejor equipación, y el peor desempeño físico de todo el grupo.

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