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Doce tipos de molestias muy comunes en el ciclismo y la forma de solucionarlas

El ciclismo es un deporte saludable y divertido, pero no está carente de ciertos problemas: doce molestias muy comunes en el ciclismo y su solución.

Que el ejercicio físico es beneficioso para la salud, nadie lo pone en duda. Que un deportista no está exento de padecer todo tipo de molestias por causas varias, tampoco. En el caso del ciclismo, uno de los deportes cardiovasculares más sencillos de practicar, además de beneficioso para la salud a corto, medio y largo plazo, es frecuente encontrar a ciclistas, sobre todo noveles, con molestias y dolores causados, en su mayoría, por un mal ajuste de la bicicleta o el equipo utilizado, entre otros factores.

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Molestias comunes en el ciclismo

Como en cualquier otro deporte, para conseguir disfrutar del máximo beneficio que el ciclismo puede aportar a una persona, es necesario conocer las causas que pueden ser el origen de las molestias. Tanto el ajuste de la bicicleta como el desconocimiento del usuario son la principal fuente de problemas a la hora de rodar en bicicleta, fácilmente identificables y de solución igual de sencilla. A continuación, doce tipos de molestias muy comunes en el ciclismo, con solución incluida.

Molestias de todo tipo: es probable que la talla del cuadro de la bicicleta utilizada no sea la adecuada para la estatura y morfología del usuario. Elegir la talla correcta de bicicleta es el primer paso para prevenir dolores y molestias de todo tipo y condición.

Molestias en los pies: independientemente de hacer uso de pedales automáticos o de plataforma, al pedalear durante muchos kilómetros los pies tienden a inflamarse ligeramente. Como norma básica, hay que aflojar ligeramente los cierres de las zapatillas (velcros, ruedas, correderas, cordones, etc) cuando aparecen las molestias, y evitar en cualquier caso llevar el calzado excesivamente ajustado.

Molestias en los tríceps: las molestias en los tríceps suelen ser debidas a una posición incorrecta de la potencia de la bicicleta, ya sea demasiado baja, demasiado larga, o ambas cosas. La mejor solución es probar una potencia más corta para minimizar el dolor en los brazos.

Molestias en los hombros: si por el contrario, aparecen molestias en los hombros cuando se rueda en bicicleta, la causa más probable es una potencia demasiado corta o alta. La mejor solución es probar una potencia más larga para prevenir el dolor en los hombros.

Molestias en las manos: unos puños demasiado duros o una posición sobre la bicicleta demasiado adelantada provocan dolores y adormecimientos en las manos. La solución pasa por probar unos puños más blandos, de silicona o espuma, así como hacer uso de guantes con acolchado de gel o similares para acomodar el apoyo de las manos sobre el manillar.

Molestias en el cuello: la posición adoptada sobre una bicicleta no es la ideal para el cuello, sobre todo en usuarios noveles que tienden a ir con la barbilla levantada mirando al frente. La mejor manera de prevenir lesiones, dolores y molestias en esta delicada parte del cuerpo es realizar estiramientos específicos para aliviar la musculatura. Unos movimientos suaves girando la cabeza a ambos lados antes y después de rodar son indispensables.

Molestias en las rodillas: un mal muy común en el mundo ciclista. Cuando las rodillas se resienten durante el pedaleo, la principal causa siempre suele ser una mala posición sobre el sillín. Hay que ajustar la altura del sillín teniendo en cuenta que las molestias en la parte anterior de la rodilla pueden ser producidas por un sillín demasiado bajo, y las molestias en la parte posterior de la rodilla por un sillín demasiado alto. La asimetría de piernas (distinta longitud) también es un factor a tener en cuenta.

Molestias en la espalda: las molestias en la espalda son las más difíciles de prevenir y solucionar, ya que pueden ser producidas por múltiples causas. Hacer uso de una talla de bicicleta correcta, tener el sillín bien ajustado en altura, y usar una potencia y manillar con la longitud adecuada son tres aspectos básicos para prevenir las molestias de espalda derivadas de una mala posición sobre la bicicleta.

Molestias en los glúteos: la molestia por excelencia de los principiantes, más conocida vulgarmente como dolor de culo. El sillín de una bicicleta requiere cierto período de adaptación, aunque una forma de aliviar molestias en la zona es hacer uso de un culotte con una badana de calidad, de cremas antirrozaduras y de algún modelo específico de sillín, por ejemplo con diseño antiprostático o con relleno de gel.

Molestias en la cabeza: un casco de talla más pequeña o excesivamente ajustado puede terminar provocando un dolor difuso en la cabeza, muy similar al de una cefalea leve. El casco debe ir ajustado pero sin apretar el cráneo, con las correas fijadas a medio centímetro de la barbilla.

Molestias en los ojos: independientemente de la necesidad de corregir algún tipo de disfunción visual, las gafas son las encargadas de proteger los ojos de múltiples agresores externos: desde partículas sólidas (piedras, barro, polvo, ramas, insectos, etc) hasta cosas tan naturales como el viento y el agua. Para prevenir cualquier molestia en los ojos, nada mejor que unas gafas deportivas de cristales irrompibles, con o sin graduación.

Molestias en el estómago: durante el ejercicio físico, la sangre se concentra en los grupos musculares que están trabajando, disminuyéndose el aporte de otros órganos como, por ejemplo, el estómago, dando lugar a dolor abdominal, flatulencias y eructos debido a una digestión retrasada. Lo más recomendable es evitar salir a rodar con el estómago excesivamente lleno o, por el contrario, completamente vacío, manteniendo en todo caso una hidratación óptima antes, durante y después de la práctica deportiva.

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