Dos mujeres, de 59 y 70 respectivamente, han sido detenidas por agentes de la Policía Nacional en la localidad de Puerto del Rosario, en la isla canaria de Fuerteventura, como presuntas autoras de un delito contra la seguridad del tráfico. La detención tuvo lugar cuando, gracias a varias denuncias de los vecinos de lo zona, las autoridades pudieron comprobar que las dos mujeres dedicaban parte de su tiempo a fabricar trampas caseras con cemento, clavos y tornillos que luego colocaban en una pista de tierra.
Según las denuncias de los vecinos residentes en la zona, todos ellos habían sufrido daños en sus vehículos de forma reiterada al transitar por una carretera de tierra que da acceso a sus viviendas. La investigación policial reveló que las mujeres habían acudido de madrugada hasta la citada pista para colocar las peligrosas trampas.
¿Qué lleva a dos mujeres de edad respetable a cometer semejante barbaridad? Al parecer, podría deberse a un intento desesperado por defenderse de un grave acoso por parte de personas interesadas en el mismo terreno, propiedad de la mujer de 59 años y alquilada a la de 70. De una manera o de otra, trampas con clavos colocadas en el suelo, esperando a cualquier pobre inocente, no son ninguna medida defensiva. Todo lo contrario.
