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En forma sobre la bicicleta a partir de los 40: lo que hay que saber

El envejecimiento del organismo es una realidad que comienza a dejarse ver de forma notable a partir de aproximadamente los 40 años de edad: las claves para seguir manteniéndose en forma.

Como muchos ciclistas veteranos ya habrán podido comprobar en sus propias carnes, a partir de cierta edad cuesta mucho más mantener la forma física y un peso dentro de un nivel considerado como ideal. Esto se debe a una ralentización del metabolismo ocasionada por distintos factores, entre ellos diversos cambios hormonales que suelen comenzar a partir de los 40 como parte natural del envejecimiento y una menor actividad física fruto de una mayor carga de responsabilidades laborales y personales.

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En forma a partir de los 40

Aunque es cierto que algunos aspectos de la vida de las personas mejoran con la edad, como por ejemplo ciertas habilidades fruto de la práctica adquirida con el tiempo (véase cocinar, pintar, escribir, relaciones amorosas, etc), también es cierto que el proceso de envejecimiento del organismo es una realidad que comienza a dejarse ver de forma notable a partir de aproximadamente los 40 años de edad. En este punto de la vida, los niveles de estrógenos en las mujeres y los de testosterona en los hombres se reducen de forma considerable en el organismo, así como los de la hormona del crecimiento, dando lugar a una pérdida de masa muscular que va decreciendo más o menos un 1% cada año de vida restante.

Fruto de una reducción hormonal y de la masa muscular, a partir de los 40 el metabolismo también se ralentiza de forma importante, dando como resultado la transformación de la masa muscular perdida en grasa corporal y, con ello, un aumento de peso. Este proceso natural del envejecimiento humano se agrava con las responsabilidades propias de hacerse veterano, tales como mayores cargas laborales o familiares, así como por una menor apetencia de realizar ejercicio en favor de más descanso que termina traduciéndose en más molestias articulares y otros problemas: el inicio de lo que suele convertirse en una vida sedentaria.

¿Cómo evitar caer en el sedentarismo? Obviamente, realizando ejercicio físico de forma regular y cuidando un poco más la dieta. Cuando se sobrepasa la barrera de los 40, suelen comenzar a aparecer algunos problemas óseos y otros dolores que el ejercicio físico ayuda a mitigar y prevenir. Por este motivo, es muy importante practicar deportes cardiovasculares como el ciclismo y trabajar de forma más intensa los grandes grupos musculares para reducir la pérdida de masa muscular al tiempo que se consigue acelerar el metabolismo, las dos claves más importantes para ralentizar el envejecimiento.

Además de hacer ejercicio de forma regular, incluso aunque solo se trate de hacerlo durante los fines de semana, realizar sesiones de estiramientos o practicar disciplinas como el Yoga también ayudan a mantener los músculos más jóvenes y flexibles. No obstante, como en cualquier otro deporte, cuando se alcanza cierta edad es necesario tomar algunas precauciones para evitar disgustos y disfrutar al máximo. Entre ellas, consultar con el médico de cabecera y realizarse chequeos rutinarios de salud, incluyendo una prueba de esfuerzo anual para comprobar el funcionamiento del corazón, el aparato respiratorio y la tensión arterial en condiciones de ejercicio intenso.

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