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Las llagas producidas por el sillín: qué son, por qué salen, cómo prevenirlas y cómo tratarlas

Para muchos ciclistas, estas molestias son parte inherente del deporte, pero entender por qué aparecen y cómo prevenirlas puede marcar la diferencia entre una jornada de placer y una de dolor.

Las temidas llagas del sillín son una experiencia común para muchos ciclistas, tanto principiantes como experimentados. Estas incómodas y dolorosas lesiones pueden arruinar una salida en bici e incluso impedir que se practique ciclismo durante varios días. Para muchos ciclistas, estas molestias son parte inherente del deporte, pero entender por qué aparecen y cómo prevenirlas puede marcar la diferencia entre una jornada de placer y una de dolor.

Las llagas producidas por el sillín: qué son, por qué salen, cómo prevenirlas y cómo tratarlas
Sillín de bicicleta. Imagen: Roberto Chignoli / Pixabay

¿Qué son las llagas del sillín?

Las llagas del sillín, también conocidas como úlceras por presión o rozaduras, son lesiones cutáneas que se forman en áreas de la piel sometidas a una presión constante durante un período prolongado. En el ciclismo, estas lesiones se producen principalmente en la zona del perineo y los glúteos, debido al contacto prolongado y repetitivo con el sillín.

Aunque pueden tener otras causas, existen cinco factores principales que contribuyen a la formación de llagas en el área del sillín. La presión prolongada en la zona, la fricción, la humedad en la zona, una mala posición sobre la bicicleta y una hidratación deficiente son los principales causantes de que aparezcan.

El constante contacto entre el sillín y la piel puede comprimir los tejidos blandos, reduciendo el flujo sanguíneo y causando daño a los vasos capilares. Además el roce repetitivo puede irritar la piel, provocando abrasiones y lesiones cutáneas.

El sudor y la falta de ventilación también pueden aumentar la fricción y la irritación de la piel, favoreciendo la formación de llagas. Por otro lado, una posición incorrecta sobre el sillín puede aumentar la presión sobre el perineo y los glúteos, incrementando el riesgo de lesiones.

Por último, no hay que menospreciar la hidratación cuando se monta en bicicleta. La piel seca es más propensa a las rozaduras, por lo que beber suficiente agua es fundamental para mantener la piel sana.

¿Cómo prevenir las llagas del sillín?

Afortunadamente, existen medidas que los ciclistas pueden tomar para prevenir la aparición de llagas en el área del sillín, tales como hacer uso del sillín adecuado, ajustar la posición del sillín de forma correcta, utilizar ropa técnica adecuada y cremas antirozaduras, mantener una higiene óptima y realizar descansos y variaciones de posturas en las salidas más largas.

Es fundamental elegir un sillín que se adapte correctamente a la anatomía y el estilo de conducción de cada ciclista. En el mercado se pueden encontrar innumerables modelos con diferentes formas y anchuras de sillín para satisfacer las necesidades individuales de cada persona.

Una posición adecuada en la bicicleta, con el peso distribuido de manera uniforme entre el sillín, los pedales y el manillar, puede reducir la presión sobre el perineo y los glúteos. Es fundamental tener una bicicleta ajustada a las medidas individuales de cada ciclista, algo que un estudio biomecánico o la ayuda de un experto puede solucionar.

Utilizar ropa técnica adecuada es otro factor a tener en cuenta. Los culottes de ciclismo con badana proporcionan una capa adicional de protección y están diseñados para reducir la fricción entre el cuerpo y el sillín. Es importante respetar las indicaciones del fabricante de la prenda, no utilizar ropa interior junto con el culotte y, en caso necesario, hacer uso de cremas antirozaduras.

Otro factor muy importante y a menudo descuidado es mantener la piel limpia y seca antes y durante la actividad ciclista para reducir la irritación y la posibilidad de infecciones. Además, nada más acabar la actividad, lo más recomendable es quitarse el culotte y limpiar la zona para evitar la proliferación de bacterias.

Por último, hacer pausas durante las rutas más largas permite aliviar la presión sobre el perineo y los glúteos, lo que hace que la piel de la zona se recupere. Cambiar de postura sobre la bici, alternando entre pedalear sentado y de pie, es otro gran consejo a seguir.

¿Cómo tratar las llagas del sillín?

A pesar de seguir al pie de la letra todos estos consejos, ningún ciclista está a salvo de sufrir las temidas llagas producidas pro el sillín, sobre todo cuando se practica ciclismo de forma regular. Una vez caso las llagas ya hayan aparecido, lo más importante es atenderlas desde el primer momento.

Para ello, lo más recomendable es dejar de montar en bici hasta que las llagas estén curadas y limpiar frecuentemente la zona con agua y jabón suave. En casos más graves, hay que aplicar una crema antibacteriana o antiséptica y cubrir la llaga con una gasa estéril.

Por supuesto, no hay que olvidar que siempre hay que consultar a un profesional médico si la llaga es profunda, presenta signos de infección, no termina de curar o si el ciclista es propenso a sufrirlas.

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