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Seis buenos consejos para seguir practicando ciclismo en invierno

Para acostumbrarse al frío, hay que salir en bicicleta cuando hace frío: seis consejos muy útiles para seguir practicando ciclismo en invierno.

Aunque muchos ciclistas aprovechan la llegada del invierno para tomarse un descanso y practicar otros deportes, otros tantos no dan su brazo a torcer y prefieren seguir entrenando en la estación más fría del año. Lo cierto es que practicar ciclismo con temperaturas realmente bajas puede resultar bastante molesto si no se toman las medidas adecuadas, pero una cosa está muy clara: para acostumbrarse al frío, hay que salir en bicicleta cuando hace frío.

En TodoMountainBike: Seis buenos consejos para seguir practicando ciclismo en invierno
Pedalear de forma cómoda en invierno es posible, siempre y cuando se tomen medidas para ello.

Ciclismo en invierno

Pedalear en invierno no es mucho más complicado que hacerlo en otra época del año y tampoco debería ser incómodo ni molesto. Las temperaturas bajas requieren tomar ciertas medidas a la hora de salir a rodar con la bicicleta, pero teniendo en cuenta los siguientes consejos, no tienen que surgir mayores problemas a la hora de disfrutar del ciclismo con los termómetros marcando sus niveles más bajos:

1. Cambiar la hora de las salidas: la mejor franja horaria para practicar ciclismo en la época invernal es durante el mediodía. La luz del sol ayuda al ciclista a mantenerse más caliente y además sirve para mejorar el estado de ánimo. Por otro lado, rodar con la luz del día es mucho más aconsejable durante el invierno, ya que aumenta la seguridad en esos días lluviosos, nublados o con nieve, tan frecuentes en épocas de frío.

2. Controlar la dirección del viento: lo más recomendable en las salidas ciclistas invernales es iniciar las rutas con el viento de cara, acabando las mismas con el viento a la espalda. Hay que tener en cuenta que el rendimiento de un ciclista siempre es mayor durante el principio de una ruta que al finalizar la misma, donde las fuerzas ya van menguadas. Tener el viento soplando detrás ayuda a finalizar la salida y además causa una menor sensación de frío en el cuerpo.

3. Realizar las mínimas paradas posibles: la hipotermia sucede cuando la temperatura central del cuerpo comienza a descender, causada por una combinación fatal de fatiga, humedad y viento helado. Lo mejor que un ciclista puede hacer para prevenir la hipotermia es no parar de pedalear, buscando siempre tener el viento en la espalda o situarse a resguardo. Una ducha caliente y ropa seca son el remedio mágico que recupera el cuerpo del frío después de una sesión de entrenamiento especialmente gélida.

4. Proteger especialmente la cabeza y cuello: está comprobado científicamente que el ser humano puede perder hasta un 40 por ciento del calor corporal a través de la cabeza y el cuello si estos no están protegidos de forma adecuada. Para rodar en invierno, lo mejor es llevar un pañuelo tubular de tejido térmico que proteja ambas zonas o, en su defecto, un pasamontañas o gorro bajo el casco. Si la temperatura es especialmente baja, no está de más colocar también una funda o cubierta sobre el casco para aumentar la protección térmica.

5. Cubrir manos y pies: tanto las manos como los pies son dos de las zonas del cuerpo más expuestas al frío cuando se circula encima de una bicicleta. La sensación de rodar con los dedos de las extremidades agarrotados por el frío es una de las menos placenteras del mundo, por lo que resulta imprescindible protegerlas con guantes y calcetines térmicos de calidad. En el caso de los pies, también se puede hacer uso de cubrebotas o calzado específico para invierno, mientras que para las manos se pueden incluso emplear dos pares de guantes, unos finos y otros más gruesos, cuando la temperatura externa está varios grados bajo cero.

6. Prevenir la acumulación de humedad en el cuerpo: los tejidos técnicos presentes en las prendas para ciclistas están desarrollados para evitar la acumulación de humedad en la piel. En el mercado se pueden encontrar prendas muy avanzadas desarrolladas con tejidos térmicos que protegen del frío, del viento y de la lluvia al tiempo que permiten una óptima evaporación del sudor, algo esencial para disfrutar del ciclismo en invierno. Sin una buena equipación, lo mejor es quedarse en casa cuando el termómetro marca los mínimos del año.

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