Mecánica

Cómo ajustar correctamente el SAG y el rebote en una bicicleta de montaña: guía práctica

Realizar este ajuste de forma adecuada permite optimizar el rendimiento de la suspensión y aumentar tanto la comodidad como el control en cualquier terreno.

El buen funcionamiento de una bicicleta de montaña depende, en gran medida, de una suspensión bien ajustada. Dos parámetros esenciales para lograr una configuración eficiente y personalizada son el SAG y el rebote de horquilla y amortiguador. Realizar este ajuste de forma adecuada permite optimizar el rendimiento de la suspensión y aumentar tanto la comodidad como el control en cualquier terreno. A continuación, se presenta una guía paso a paso para ajustar ambos elementos de forma precisa.

Ajuste de amortiguador trasero. Imagen: Trek Bikes
Ajuste de amortiguador trasero. Imagen: Trek Bikes

Guía de ajuste paso a paso

Para empezar, es imprescindible efectuar el ajuste del SAG con toda la equipación que se utiliza durante una salida habitual. Esto incluye zapatillas, casco y mochila en caso de llevarla, ya que cada gramo cuenta en la compresión de la suspensión. Posteriormente, se deben abrir completamente los circuitos de compresión. Esto se realiza girando la perilla azul de la horquilla y la maneta del amortiguador en sentido contrario a las agujas del reloj, dejando ambas en posición abierta.

El siguiente paso es conocer la presión inicial recomendada para la horquilla y el amortiguador. Fabricantes como Trek disponen de herramientas como calculadoras de suspensión online, que ofrecen un valor aproximado de presión (PSI) según el peso del ciclista, del mismo modo que también se puede encontrar habitualmente en las suspensiones. Con la ayuda de una bomba de alta presión, se ajusta el aire hasta alcanzar ese valor recomendado.

Para asegurar que la suspensión responde correctamente, se debe presionar con firmeza sobre el sillín con la bomba aún conectada. Esto permite acoplar el amortiguador y verificar si la presión es adecuada mediante el manómetro. Si es necesario, se ajusta nuevamente.

A continuación, llega el momento clave del SAG. Es preciso subirse a la bicicleta, ya sea con ayuda de otra persona o apoyándola contra una pared. Se deben mover las juntas tóricas de goma de la horquilla y el amortiguador hasta que hagan tope con los retenes. Después, hay que bajarse con cuidado para no modificar la compresión al desmontar. Se mide la distancia entre las juntas y los retenes para obtener el valor de SAG.

Esa medida se compara con el valor ideal proporcionado por la calculadora o el fabricante de la bici o suspensiones. Si no coincide, se vuelve a ajustar el PSI. Un SAG mayor indica presión insuficiente, y uno menor, presión excesiva. El rango aceptable suele estar entre un 25 % y un 30 % del recorrido total, pero esto puede variar en función del tipo de uso.

Con el SAG ya configurado, se pasa al rebote. El rebote controla la velocidad con la que la suspensión vuelve a su posición original tras un impacto. Para ajustarlo, se gira la perilla roja del rebote (habitualmente situada en la parte inferior de la horquilla o en el amortiguador trasero) en sentido horario hasta cerrarlo completamente. A continuación, se gira en sentido antihorario el número de clics recomendado según la calculadora de suspensión o las especificaciones del fabricante.

Es importante recalcar que tanto el SAG como el rebote deben validarse sobre el terreno. Se recomienda circular por un recorrido irregular y observar el comportamiento de la bicicleta. Si se percibe inestabilidad o rebotes excesivos, se reduce el rebote (girando la perilla en sentido horario). Si la suspensión parece lenta o se encasquilla tras impactos repetidos, se incrementa la velocidad del rebote (girando en sentido antihorario).

Finalmente, tras una ruta habitual, se revisa el recorrido aprovechado. Las juntas tóricas deben haber alcanzado el límite del recorrido útil, sin salirse del eje ni quedarse cortas. Si no se ha utilizado todo el recorrido, puede ser necesario reducir la presión; si se ha sobrepasado, aumentarla.

El ajuste óptimo depende también de las preferencias del ciclista y del tipo de disciplina practicada. Por ello, conviene experimentar con distintas configuraciones hasta encontrar la que mejor se adapte a cada estilo de conducción.