Vamos tranquilamente rodando por el monte cuando, por sorpresa, divisamos a un temible y gigantesco oso pardo abalanzándose hacia nosotros desde un lateral del camino. ¿Qué hacer? Lógicamente, pedalear con todas nuestras fuerzas, puesto que nos va la vida en ello. Esta situación tan surrealista no es ninguna pesadilla surgida de una película de terror, sino un hecho completamente real que le sucedió recientemente al afortunado protagonista del vídeo. Pedalear o morir... y nunca mejor dicho.
