Cada mañana de un día cualquiera entre semana, las principales ciudades del mundo ven colapsadas sus calles con todo tipo de furgonetas, camiones y otros vehículos de reparto invadiendo el espacio urbano. Pitidos, atascos y muchos enfados son la norma habitual de las mañanas laborables, convirtiendo nuestras ciudades en un ir y venir de mercancías de obligado reparto. Pero, ¿existe la posibilidad de disfrutar de un transporte más limpio, ecológico y sostenible? La respuesta es sí, y llega bajo el nombre de Revolución Cargo: bicicletas especialmente adaptadas para el transporte urbano de personas, mercancías y pequeños negocios. Un ejemplo de ello, como no, en la ciudad europea de Copenhague (Dinamarca).
