Los ciclistas, al igual que el resto de conductores, circulan por la vía pública a los mandos de una bicicleta, considerada a todos los efectos como un vehículo. Pese a ser considerado un vehículo, una bicicleta ocupa muy poco espacio en la carretera y es mucho menos visible que cualquier otro, siendo responsabilidad del ciclista hacerse ver mediante todos los medios posibles (véase luces diurnas, ropa de colores llamativos, etc). Todo y así, cualquier medida es poca cuando entra en escena un conductor imprudente cuya percepción del tráfico se reduce únicamente a vehículos grandes y pesados de cuatro o más ruedas y no es capaz de distinguir cualquier otro elemento fuera de este equivocado concepto de circulación. Precaución en la carretera, ciclistas.
