Los escarpados acantilados del desierto de Utah fueron escenario, un año más, de la competición de Freeride más extrema del planeta. Los mejores especialistas del mundo en la disciplina crearon con ayuda de dos ayudantes y sin ningún tipo de herramientas eléctricas unas líneas de descenso sobre las que después intentaron completar trucos imposibles, todos ellos bajo la atenta mirada de jueces y público.
Brandon Semenuk fue el piloto mejor clasificado con una puntuación de 92.33, llevándose a casa su tercera victoria en el Rampage, un logro que hasta la fecha solo estaba en manos de Kurt Sorge. Brett Rheeder se quedó a las puertas de conseguir el doblete, clasificándose en segunda posición con una puntuación de 91, mientras que Tom Van Steenbergen, con una puntuación de 89.66, completó un podio dominad por la bandera canadiense.
