Mirar hacia delante y ver esa interminable carretera que asciende hasta el infinito. Culminar un puerto de montaña y disfrutar de sus vistas tras un titánico esfuerzo. Disfrutar con el viento en la cara cuando descendemos a toda velocidad. Abrumarnos al ser sobrepasados por un ciclista más 'experimentado' que nosotros. Éstas y otras muchas sensaciones son las que dan forma a la pasión que mueve a un ciclista, plasmadas maravillosamente bien en un cortometraje creado por Drew Linne, un estudiante estadounidense, mientras se entrenaba para afrontar una carrera de larga distancia junto a su padre. Muy inspirador.
