Hector Picard sufrió en 1992 un grave accidente laboral que le provocó la pérdida total de un brazo, la pérdida parcial del otro y un vuelco total en su propia vida. Lejos de rendirse, Hector ha sabido reponerse de este trágico suceso y rehacer su vida, gracias a su fortaleza física y psicológica, consiguiendo en 2011 terminar una de las pruebas deportivas más exigentes del planeta: el Ironman 70.3 de California. Hector, cuya actitud es todo un ejemplo de superación, también ha creado la fundación dontstopliving.org, dedicada a conseguir fondos para prótesis de niños afectados por malformaciones y/o problemas similares. Sin duda, todo un ejemplo de motivación personal y deportiva que nos demuestra que, con la actitud adecuada, todo es posible. A continuación, cambiando una cámara pinchada de bicicleta... sin manos.
