Salir a rodar por la montaña requiere asumir ciertos riesgos que pueden tener consecuencias desastrosas, sobre todo si rodamos sin compañía. Una caída puede suponernos un par de arañazos y magulladuras sin mayor importancia, pero también puede causarnos serias lesiones de consecuencias imprevisibles. Gareth, el ciclista protagonista de este video, tuvo suerte ese día. Salió a rodar de forma solitaria y, tras una desafortunada caída, sufrió una dislocación de un dedo de su mano. Este ciclista pudo recomponerse (no sin antes pasar un mal rato) y continuar la marcha, pero es un claro ejemplo de que el peligro siempre nos espera acechante ahí fuera. Precaución sobre las dos ruedas, chicos y chicas...
