El Bisfenol A, más conocido bajo su abreviatura BPA, es un compuesto plástico sospechoso de ser dañino para los humanos desde la década de 1930. El Bisfenol A fue sintetizado por primera vez por el químico ruso Aleksandr Dianin en 1891, y aunque su empleo está cada vez más limitado en los países desarrollados, ha sido durante muchos años el principal material de fabricación de una gran variedad de productos comunes, incluyendo biberones y botellas de agua, equipamiento deportivo (bidones de hidratación, depósitos de agua, gafas, etc), dispositivos médicos y dentales, composites dentales y sellantes, lentes orgánicas, CD y DVD, y electrodomésticos varios.
¿Qué tiene de nocivo el Bisfenol A? Básicamente, una alta capacidad para alterar el sistema endocrino del ser humano y ser un compuesto cancerígeno y mutagénico, además de causar serios problemas en la reproducción, tanto en embarazadas como en fetos. En la Unión Europea, los envases plásticos como biberones o botellas de agua elaborados con BPA están prohibidos desde el 1 de junio de 2011, mientras que otros países como Canadá, el primero en hacer eco de la toxicidad del material, este compuesto ya estaba regulado desde mucho antes.
¿Cual es el problema del BPA? Que pese a estar prohibido su uso en botellas de agua o biberones (al menos en lo que a la Unión Europea se refiere) el compuesto sigue estando presente en multitud de productos plásticos, incluyendo envases de comida preparada y otros destinados al consumo humano o a los infantes, tales como juguetes. El Gobierno de España y el de Japón, así como otros organismos regulados internacionalmente y, obviamente, empresas dedicadas al sector del plástico, opinan que las cantidades de Bisfenol A que se encuentran en estos plásticos es tan mínima que apenas puede considerarse peligrosa. Países como México van todavía más allá, sin ningún pronunciamiento al respecto y por tanto sin ninguna regulación al uso del BPA.
Afortunadamente y gracias a una propuesta del Gobierno de Francia, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) ha incluido recientemente el Bisfenol A en su lista de "químicos altamente preocupantes debido a sus propiedades de alteración del sistema endocrino, que causan graves efectos en la salud humana, a un nivel equivalente al que se refiere a los efectos cancerígenos, mutagénicos y tóxicos para la reproducción". Con esta última catalogación, es de esperar que, en meses venideros, el uso del Bisfenol A a nivel comercial quede reducido a cero.
