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El Índice de Recuperación de la Frecuencia Cardíaca (RFC), un factor muy a tener en cuenta en el deporte

Cómo y por qué calcular el índice de Recuperación de la Frecuencia Cardíaca: el factor que determina el estado cardiovascular de un deportista.

La Recuperación de la Frecuencia Cardíaca (RFC) es la diferencia de frecuencia cardíaca tomada en un pico de esfuerzo y la medida en un periodo fijo (generalmente 90 segundos) tras el cese de la actividad física. El índice de recuperación cardíaca determina el grado de recuperación de nuestro sistema cardiovascular, y resulta de vital importancia tanto como indicativo del estado de salud del deportista como del grado de asimiliamiento del ejercicio realizado.

El Índice de Recuperación de la Frecuencia Cardíaca (RFC), un factor muy a tener en cuenta en el deporte

Índice de Recuperación de la Frecuencia Cardíaca

La práctica regular de actividades aeróbicas como el ciclismo produce transformaciones muy relevantes dentro de nuestro organismo. Nuestros pulmones aumentan su capacidad y el corazón se fortalece, creciendo en tamaño, con el objetivo de ofrecer una mejor respuesta cardiovascular ante las exigencias del ejercicio físico.

La realización de actividades aeróbicas como correr, nadar o ir en bicicleta mejoran la salud cardiovascular cuando son practicadas de forma regular, pero también suponen una peligrosa carga de trabajo para personas cuyo sistema cardiovascular esté afectado por algún tipo de dolencia no diagnosticada o, más comúnmente, para deportistas afectados por sobreentrenamiento.

Medir la frecuencia cardíaca justo después de haber realizado un pico de esfuerzo (por ejemplo, un ascenso en bicicleta a lo que den las piernas) y 90 segundos después de haber realizado la primera medición de pulsaciones sirve para obtener nuestro Índice de Recuperación Cardíaca, que no es otra cosa que un indicativo muy útil acerca de la salud de nuestro sistema cardiovascular y de la asimilación del ejercicio realizado.

La recuperación cardiovascular está directamente relacionada con el grado de exigencia del ejercicio físico: a mayor intensidad del trabajo realizado, mayor % de recuperación. Obviamente, cada persona es diferente y también entran en juego muchos otros factores (temperatura externa, estado anímico, estado físico, tipo de ejercicio, etc), pero en términos generales se establece que una baja RFC es indicativo de sobreentrenamiento o problema de salud, mientras que una RFC alta representa todo lo contrario; una óptima respuesta cardiovascular y condición física.

¿Para qué nos sirve el cálculo de la RFC? Para saber si nuestro sistema cardiovascular está en buen estado (previniendo la tan temible muerte súbita en deportistas) y para valorar nuestras sesiones de entrenamiento. Una recuperación cardíaca de entre el 15% y el 25% de las pulsaciones obtenidas en el pico de esfuerzo tras 90 segundos del cese de la actividad entraría dentro de los parámetros normales; una recuperación por debajo de este índice nos estaría indicando algún tipo de problema (físico o de sobreentrenamiento) que no deberíamos pasar por alto bajo ningún concepto. ¿La mejor opción? Una prueba de esfuerzo y el uso de un pulsómetro en nuestras sesiones deportivas.

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