Kilian Jornet, reconocido por su capacidad para llevar el cuerpo humano al límite en entornos de alta montaña, ha sumado un nuevo desafío a su extenso palmarés: el proyecto States of Elevation. Esta aventura le ha llevado a recorrer los Estados Unidos conectando, de forma autosuficiente, las montañas que superan los 4.267 metros (14.000 pies) de altitud.

Un tándem perfecto para llegar a lo más alto
Durante 31 días, el atleta completó una ruta de 5.145 kilómetros combinando tramos en bicicleta y ascensiones a pie. El resultado: 72 cumbres conquistadas, 0 pinchazos, 1 reparación menor y 0 caídas. Un logro que refleja no solo su preparación física, sino también la fiabilidad del material elegido para una expedición tan exigente.
Para esta travesía, Jornet confió en dos modelos de la firma Trek, diseñados a medida mediante el programa Project One: la Madone Gen 8 y la Checkpoint SL. Ambas equipadas con componentes SRAM y acabados personalizados, representan la combinación perfecta entre eficiencia, resistencia y versatilidad.

La Madone Gen 8 fue la compañera ideal para los largos tramos de asfalto que conectaban cordilleras. Su diseño aerodinámico y su ligereza ofrecieron a Jornet la velocidad necesaria para cubrir grandes distancias sin penalizar la comodidad, un aspecto clave en jornadas de más de 200 kilómetros.
En cambio, la Checkpoint SL se convirtió en su herramienta de confianza en los tramos de Gravel y en los caminos que conducían a las bases de las montañas. Su geometría estable y su capacidad para montar neumáticos de gran volumen permitieron afrontar con seguridad pistas rotas, tramos pedregosos y descensos irregulares.

Ambas bicicletas comparten una filosofía clara: ofrecer rendimiento sin comprometer la fiabilidad. Y en un desafío en el que la autosuficiencia era esencial, cada detalle contaba. Desde la elección de los desarrollos hasta la adaptación de la posición sobre el sillín, todo estaba pensado para maximizar la eficiencia energética y reducir el riesgo de averías.
Con esta hazaña, Kilian Jornet ha demostrado que la aventura y la tecnología pueden avanzar en la misma dirección. El espíritu explorador, la resistencia física y la innovación mecánica se han unido para dar forma a un reto que va más allá del deporte: una experiencia de conexión con la naturaleza, la superación personal y el respeto por el entorno.