El ciclismo profesional enfrenta, una vez más, el desafío de la incertidumbre financiera. La escuadra de Mathieu van der Poel y Jasper Philipsen, el equipo Alpecin-Deceuninck, se queda sin uno de sus principales patrocinadores, Deceuninck, a partir de 2026. La empresa especializada en la fabricación de puertas y ventanas de PVC ha decidido no renovar su contrato de patrocinio, abriendo un nuevo capítulo de incertidumbre en el equipo que ha brillado en las grandes clásicas y el Tour de Francia.

La búsqueda de un nuevo socio financiero no será tarea sencilla
El comunicado oficial de Deceuninck deja claro que la colaboración cumplió sus objetivos de visibilidad de marca, pero ahora buscan un modelo diferente de apoyo. Aunque se mantendrán como patrocinador secundario, su salida como sponsor principal supone un reto para la estructura dirigida por Philip Roodhooft. La experiencia reciente de equipos como Lotto-Dstny evidencia lo complicado que puede ser encontrar un nuevo patrocinador en un contexto económico inestable y con un modelo de negocio ciclista basado en el patrocinio privado.
Más allá de la pérdida de Deceuninck, existe otro factor que podría agravar la situación: la incertidumbre sobre la continuidad de Alpecin. La marca de productos capilares, que ha sido un pilar en el crecimiento del equipo desde su ascenso al WorldTour, tiene contrato hasta finales de 2025, y hasta el momento no hay confirmación de una renovación. Si Alpecin también decide dar un paso al lado, el equipo enfrentaría una crisis financiera aún más profunda.
Este posible escenario complica la estabilidad de una estructura que ha apostado a largo plazo por sus estrellas. Van der Poel tiene contrato hasta 2028 y Philipsen hasta 2025, lo que implica compromisos económicos significativos que requieren un sólido respaldo financiero.
En un deporte donde el modelo de negocio depende casi exclusivamente de patrocinadores privados, la incertidumbre sobre el futuro financiero de un equipo es una amenaza constante. La situación del Alpecin-Deceuninck recuerda la fragilidad de las estructuras ciclistas y la necesidad de encontrar soluciones a largo plazo que garanticen estabilidad y crecimiento.
Por ahora, la dirección del equipo trabaja contra reloj para asegurar un nuevo patrocinador principal que permita seguir compitiendo al más alto nivel. Con ciclistas de talla mundial en su plantilla, el atractivo comercial de la escuadra sigue siendo alto, pero en un contexto donde los patrocinadores buscan rentabilidad inmediata, la búsqueda de un nuevo socio financiero no será tarea sencilla.
El futuro del equipo de Van der Poel está en juego. La pregunta ahora es si podrán encontrar el apoyo necesario para seguir siendo una de las formaciones más destacadas del pelotón internacional o si, como ha sucedido con otras estructuras, la falta de patrocinio podría marcar un punto de inflexión en su historia.