El ciclismo ruso se ha visto sacudido tras conocerse la sanción de cuatro años impuesta a Evguenia Tretiakova, actual campeona nacional en ruta en 2024, después de que se detectara en su organismo la sustancia prohibida GW501516. La Agencia Antidopaje de Rusia confirmó la resolución disciplinaria, que mantendrá a la ciclista alejada de toda competición oficial hasta el 26 de mayo de 2029.

La campeona rusa dio positivo en GW501516 y no podrá competir hasta 2029
El castigo llega en un momento en el que Tretiakova, de 39 años, había alcanzado resultados notables. El pasado abril se impuso en una carrera en ruta de 90,8 kilómetros y logró el segundo puesto en el campeonato nacional contrarreloj en modalidad ascendente. Sus actuaciones habían reforzado su posición como una de las veteranas más destacadas del pelotón ruso.
El caso genera especial preocupación porque el GW501516, conocido también como cardarina, figura en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje desde 2009 debido a los graves riesgos para la salud. Su desarrollo se orientó inicialmente a tratamientos contra la obesidad y la diabetes, aunque estudios posteriores evidenciaron la posibilidad de inducir la aparición de tumores malignos. A pesar de ello, ha sido una sustancia recurrente en escándalos de dopaje en ciclismo y atletismo.
La sanción no solo afecta a la trayectoria deportiva de Tretiakova, sino que vuelve a situar a Rusia bajo los focos de la comunidad internacional en materia de dopaje. El país ha acumulado en la última década numerosos episodios de incumplimiento de las normas antidopaje, con repercusiones directas en su participación en competiciones internacionales. De hecho, en los Juegos Olímpicos de París 2024, los atletas rusos solo pudieron competir bajo bandera neutral y en modalidades individuales, siempre que no tuvieran vínculos con las Fuerzas Armadas.
El nuevo escándalo coincide con el objetivo expresado por Moscú de ver a sus deportistas participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 en Italia bajo bandera y himno propios, una aspiración que choca con la reiterada vigilancia del Comité Olímpico Internacional. Mientras tanto, la reputación del ciclismo ruso queda de nuevo en entredicho, y el caso Tretiakova se suma a la lista de controversias que han lastrado la credibilidad del deporte en el país.
En lo personal, la sanción significa un parón casi definitivo en la carrera de una ciclista que rondará los 44 años cuando cumpla su castigo, una edad en la que pocos deportistas logran regresar al máximo nivel competitivo. El futuro de Tretiakova, en consecuencia, aparece más ligado a un retiro forzado que a una posible vuelta al pelotón.