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Algunos consejos para hacer ciclismo de montaña en días lluviosos

Algunos valiosos consejos para practicar ciclismo de montaña bajo la lluvia de forma segura y cómoda causando el menor impacto ambiental en el terreno.

A pesar de que practicar ciclismo los días de lluvia no es lo más cómodo, no está de más recomendar algunos consejos para todos aquellos amantes del Mountain Bike que deciden salir a pedalear sin importarles demasiado las condiciones atmosféricas que se presenten. Rodar con lluvia requiere ciertas precauciones que todo ciclista debería tener en cuenta si no quiere terminar empapado, muerto de frío y con unos bonitos mocos asomando por una enrojecida nariz.

Algunos consejos para hacer ciclismo de montaña en días lluviosos

Entrenar con lluvia, ¿qué necesito saber?

Lo primero que deberíamos saber es que la lluvia es esencial para que la naturaleza crezca y las montañas por las que rodamos se mantengan bien surtidas de vegetación. Cuando llueve, los caminos y el terreno por los que normalmente circulamos en bicicleta absorben el agua y se tornan más delicados e inestables. Las ruedas de una bicicleta causan una grave erosión sobre terrenos húmedos, siendo ésta la principal causa por la que no es aconsejable salir en días lluviosos.

A pesar de ello, si la lluvia nos pilla de camino o si no podemos evitar salir a rodar sean cuales sean las condiciones atmosféricas que nos acompañen, debemos tener en cuenta una serie de consejos que sin duda nos serán muy útiles para entrenar más eficientemente en días lluviosos y, sobre todo, nos ayudarán a causar el menor impacto posible sobre el terreno.

  • Proteger nuestro cuerpo de la humedad: Algunas personas tienen la piel más delicada que otras, pero pasar algunas horas con la piel mojada no es nada recomendable para nadie. Lo mejor para evitar posibles problemas cutáneos y proteger nuestra piel de forma efectiva es aplicar un poco de aceite para bebés en brazos, piernas y cualquier otra zona de nuestro cuerpo expuesta a la lluvia. De esta manera, el agua resbalará sobre el aceite protegiendo mejor nuestras zonas expuestas a la intemperie.
  • Elegir la ropa técnica adecuada: Hay que dejar de lado todas aquellas prendas de algodón o materiales naturales que absorben el agua muy fácilmente, haciéndonos sentir más pesados y húmedos de lo normal sobre la bicicleta. La mejor opción es elegir prendas técnicas de material sintético y de propiedades hidrorrepelentes, como ponchos y cortavientos impermeables. Nuestro cuerpo lo agradecerá.
  • Los pies, siempre secos: No hay nada peor que tener esa molesta sensación de pies fríos. Por la misma razón citada en el consejo anterior, hay que evitar hacer uso de calcetines de algodón y optar por tejidos sintéticos como el neopreno, muy recomendable en caso de lluvia. Además, debemos usar zapatillas a prueba de agua o protegerlas mediante fundas impermeables para evitar que la humedad alcance el interior de nuestro calzado.
  • Proteger la cabeza del agua: Llevar casco es fundamental para proteger nuestra cabeza de algún posible impacto, pero de nada sirve a la hora de evitar que el agua no alcance nuestro cuero cabelludo. En caso de no disponer de una chaqueta con capucha, debemos colocar bajo el casco alguna protección de material sintético, como un sotocasco impermeable o, algo más improvisado, el gorro recortado de un poncho o chubasquero viejo. Así iremos protegidos y, además, con las ideas bien secas.
  • Nuestro equipo bien protegido: El teléfono móvil, el MP3 o la moderna llave electrónica de nuestro flamante coche deben estar bien protegidos de la lluvia para evitar encontrarnos con la desagradable sorpresa de que hemos estropeado alguno de ellos. Podemos usar bolsas o fundas de neopreno o algún otro material impermeable para mantener nuestras cosas bien protegidas de la lluvia.
  • Con la lluvia, menos velocidad: Igual que ocurre con el resto de vehículos sobre ruedas, la lluvia y el barro hacen que las ruedas de la bicicleta pierdan adherencia sobre el terreno. Para evitar caídas no deseadas y sustos varios, debemos reducir la velocidad en días lluviosos. Tampoco es recomendable rodar más rápido con el viento y la lluvia en contra; rodar lentamente con el viento en contra es equivalente a rodar muy rápido en un día sin lluvia ni viento.
  • Reducir en lo posible la erosión del terreno: Las ruedas de la bicicleta causan una gran erosión sobre terrenos húmedos. Cuando el suelo ya no tiene más capacidad para absorber el agua que recibe, comienzan a formarse los típicos charcos que normalmente encontramos en los senderos. Los charcos gigantescos que ocupan casi todo el ancho de un camino son debidos a la erosión causada por la costumbre de rodar/caminar/circular alrededor de los mismos. Si rodeamos un charco, simplemente conseguimos erosionar el terreno circundante al charco, haciendo que el agua vaya ganando más y más terreno. Si conocemos el camino y estamos seguros que bajo el charco no existe un abismo por el que nos vayamos a despeñar, siempre debemos rodar por EL MEDIO de los charcos para evitar causar más erosión sobre el camino.
  • La hidratación, igual de importante: El frío y la lluvia pueden promover una falsa sensación y hacernos sentir menos sed de lo habitual. A pesar de rodar con frío, lluvia, viento o nieve, nuestro cuerpo se calienta cuando practicamos ejercicio físico e igualmente perdemos líquidos con la sudoración. Debemos mantenernos bien hidratados siempre; antes, durante y después de rodar con la bicicleta.

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