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Los mandamientos del buen ciclista: 10 normas de conducta básicas

¿Qué diferencia a un ciclista bueno de un individuo que monta en bicicleta y se cree ciclista? Unas normas de conducta que no todos los amantes de los pedales respetan por igual.

Cuando se circula en coche o en bicicleta es muy fácil distinguir los buenos de los malos conductores, así como los buenos de los malos ciclistas. Los ciclistas malos son todos aquellos que dañan la imagen del resto del colectivo por sus acciones, en muchos casos vergonzosas e ilegales. ¿Qué diferencia a un ciclista bueno de un individuo que monta en bicicleta y se cree ciclista? Básicamente, una serie de normas de conducta que no todos los amantes de los pedales respetan por igual.

En TodoMountainBike: Los mandamientos del buen ciclista: 10 normas de conducta básicas
Respeto y educación, las claves de todo buen ciclista.

Los mandamientos del buen ciclista

1. Respetar las señales y el código de circulación: saltarse un semáforo, circular en dirección contraria, ignorar señales de prohibición de paso en pistas rurales o parajes naturales o rodar a toda velocidad venga quien venga son acciones típicas de muchos personajes que se creen ciclistas. Respetar las normas de tráfico es fundamental tanto para la seguridad del ciclista como para la imagen del resto del colectivo.

2. Rodar por caminos y senderos abiertos: los senderos, caminos y pistas están para rodar por ellos, no para ignorarlos. Adentrarse con la bicicleta campo a través en busca de nuevas rutas o atajos solo sirve para deteriorar el suelo y, en casos extremos, para que las autoridades pertinentes prohíban el paso a los lugares debido a las malas acciones de los ciclistas.

3. Respetar el entorno y las instalaciones: muy relacionado con el punto anterior, rodar sobre una bicicleta de montaña es una actividad que permite disfrutar de la naturaleza y de los maravillosos paisajes que ofrece. Por este motivo, es de vital importancia respetar el entorno, evitando deteriorar y molestar tanto a la vida vegetal como a los animales que puedan encontrarse por el camino. En el caso de las instalaciones, tales como vallas, barreras o cercados, siempre deben dejarse tal y como se encuentran, habitualmente cerrados para impedir que los animales campen a sus anchas en lugares poco indicados.

4. Adelantar con precaución: todos los ciclistas exigen que los conductores respeten el metro y medio de seguridad para adelantarlos y, sin embargo, muchos de ellos no respetan ninguna distancia a la hora de adelantar a un peatón o a otra bicicleta. En vías en las que hay personas caminando, el peatón siempre tiene preferencia y, a la hora de adelantar tanto a peatones como a otros ciclistas, siempre se debe hacer en la medida de lo posible por la izquierda y dejando como mínimo un metro de seguridad.

5. El casco, siempre puesto: el casco es el elemento de seguridad más importante de un ciclista, por lo que su uso es imprescindible para prevenir cualquier posible lesión en caso de caída. Aunque es cierto que en ciudad o en determinadas situaciones los ciclistas tienen permitido no llevar casco, hay que tener en cuenta que los accidentes llegan de la forma más inesperada, y llevar el casco puesto puede suponer la diferencia entre un susto o una lesión de gravedad.

6. Rodar para disfrutar, no para competir: Strava y otras aplicaciones de entrenamiento similares están cada vez más extendidas en el mundo del ciclismo, al tiempo que crece el número de individuos que circula sobre su bicicleta a toda velocidad sin respetar a nada ni nadie en ese afán de superar una marca propia o ajena. Las carreras y competiciones están para eso, para intentar ser el más rápido, no las vías y senderos públicos que, además, son compartidas por otros usuarios.

7. Ayudar a otra persona en apuros: encontrar a un ciclista o senderista en apuros perdido en mitad de ninguna parte y no prestarle ayuda es un acto vergonzoso y cruel solo digno de personas que no merecen formar parte de ningún colectivo. Nadie quiere molestar a nadie, pero en momentos difíciles cualquier ayuda siempre es bien recibida.

8. Despedirse de los auriculares convencionales: utilizar auriculares cuando se monta en bicicleta es sinónimo de ignorar completamente al resto del mundo, con el peligro que ello conlleva para el ciclista y para los demás usuarios que se cruzan con ella. La música es una vía de entretenimiento muy útil para entrenar, pero solo cuando se hace uso de dispositivos diseñados para no aislar al deportista de su entorno, como por ejemplo unos auriculares de conductividad ósea.

9. Mantener limpio el entorno: en carreteras y rutas de montaña frecuentadas por ciclistas es fácil ver envoltorios de geles y de barritas, cámaras de aire pinchadas y otros desperdicios. Los individuos que circulan sobre una bicicleta y creen que la basura desaparece por arte de magia, tirando sin ningún reparo cualquier resto al suelo, incluyendo escupitajos y mocos cada pocos minutos, son un muy mal ejemplo para el colectivo ciclista. Mantener la naturaleza limpia, evitando convertirla en un basurero, es fundamental para poder seguir disfrutando de ella durante muchas más generaciones.

10. Respeto y educación, la clave de todo: un ciclista educado y respetuoso con el medio ambiente, con el resto de usuarios y consigo mismo, no necesita aprender normas de conducta pues él mismo representa el ejemplo a seguir por los demás. Lo que diferencia a un buen ciclista de alguien que monta sobre una bicicleta es la educación y el respeto, tanto en la forma de rodar como en la manera de comportarse con el resto de usuarios y con el entorno que lo rodea.

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