Planificar una salida en bicicleta no solo implica revisar el estado técnico del equipo, sino también escoger adecuadamente los elementos que llevaremos según la duración prevista del recorrido. No es lo mismo afrontar un entrenamiento rápido de una hora que una excursión exigente de cinco horas por la montaña. Para facilitar la elección correcta, detallamos a continuación lo indispensable en cada situación.

El equipamiento básico para salidas ciclistas
Cuando la ruta prevista es de aproximadamente una hora, los elementos imprescindibles pueden reducirse al mínimo. Bastará con llevar agua o bebida isotónica en un bidón pequeño, sobre todo en días de mucho calor, y un kit básico para reparar pinchazos. Una cámara o kit de mechas para tubeless, desmontables y una minibomba de aire bastarán para afrontar cualquier imprevisto mecánico menor. La nutrición en este tipo de salidas es prácticamente innecesaria, aunque puede ser útil llevar una barrita energética como precaución, especialmente si la intensidad del ejercicio es alta.
En salidas que superan las tres horas, el equipamiento debe ampliarse considerablemente. Además del agua, cuya cantidad debería incrementarse a dos bidones grandes, es recomendable llevar alimentos específicos para ciclismo como barritas energéticas, geles o incluso algún fruto seco para aportar grasas saludables. Un pequeño almuerzo ligero es también aconsejable, siempre evitando comidas pesadas que dificulten la digestión y la posterior actividad física.
Además, el equipo de reparación también debería completarse con un juego de herramientas compactas (multiherramienta) que permita solventar averías sencillas como el ajuste de cambios o frenos. Y por supuesto, hay que llevar documentación personal y algo de dinero en efectivo por si surge alguna emergencia o necesidad durante el recorrido.
Finalmente, en trayectos que alcanzan las cinco horas o más, es esencial una planificación detallada y la previsión de situaciones diversas. La nutrición adquiere mayor relevancia y debe incluir una variedad de alimentos: barritas, geles energéticos, plátanos o frutos secos. Hidratarse adecuadamente es fundamental; además de los bidones, es aconsejable llevar pastillas de sales minerales para reponer electrolitos perdidos.
El equipo mecánico deberá incorporar, además del kit básico, al menos una cámara adicional, eslabones rápidos para reparar cadenas rotas y una chaqueta ligera impermeable, especialmente en regiones donde el clima es variable. Por supuesto, hay que incluir un teléfono móvil cargado al máximo, y si es posible, una batería externa compacta que puede marcar la diferencia en una situación de gran emergencia.
En todos los casos, una revisión previa al estado general de la bicicleta y a las condiciones meteorológicas previstas contribuirá a minimizar riesgos y a optimizar el rendimiento en ruta. Planificar con antelación y equiparse correctamente según la duración del recorrido son aspectos clave para disfrutar plenamente de cualquier salida ciclista, ya sea breve o de largo recorrido.