Un fin de semana muy negro para los aficionados al ciclismo en España y para la DGT (Dirección General de Tráfico), que en apenas una semana se ha dado de morros con un problema de MUY URGENTE solución. El sábado 13 de mayo por la mañana, una conductora novata, borracha y drogada atropelló a tres ciclistas en una carretera del municipio tarraconense de Riudoms, dejando herido de consideración a uno de ellos, que fue trasladado al hospital. El domingo 14 de mayo, la historia se repite de nuevo, esta vez en Navarra: una conductora ebria atropella a dos ciclistas en una carretera de la localidad de Lizoáin, con uno de los ciclistas trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra por traumatismo en la cadera.
Según ha informado la Policía Foral, el accidente ha tenido lugar sobre las 9:15 de la mañana en el kilómetro 10 de la NA150 cuando, en una maniobra de adelantamiento, la conductora habría golpeado a uno de los ciclistas con el espejo retrovisor del coche. Al parecer, y según fuentes policiales, la conductora se dio inicialmente a la fuga para después regresar andando al lugar del accidente tras aparcar su vehículo en una localidad próxima. ¿Lo más vergonzoso del asunto? Como las conductoras implicadas en los accidentes de Valencia y Tarragona, ha sido denunciada por las autoridades desplazadas hasta el lugar tras dar positivo en el test de alcoholemia.
