La edición 2023 de la Red Bull Hardline tuvo que ser cancelada por la organización debido a unas condiciones climatológicas muy adversas que impidieron el desarrollo normal de la prueba. Lluvia, viento y barro se convirtieron en la nota predominante de un fin de semana que prometía un gran espectáculo y finalmente se quedó en una gran decepción.
Ya el viernes, los participantes se vieron obligados a abandonar las prácticas en el circuito debido a una intensa lluvia y fuertes rachas de viento. El sábado fue más de lo mismo, con fuertes lluvias, tormentas eléctricas y vientos huracanados que también impidieron la disputa de las mangas clasificatorias. El día de las mangas finales, la organización de la prueba decidió suspenderla definitivamente hasta el próximo año para garantizar la seguridad de todos los participantes.
Bernard Kerr, uno de los pilotos que iba a disputar la última edición de la Red Bull Hardline, fue testigo en primera persona de las terribles condiciones climatológicas que se dieron en el valle de Dyfi. Cámara en casco, grabó su experiencia el último día de competición antes de que la prueba se cancelase.