Llevar una o varias bicicletas amarradas a un portabicicletas trasero es lo más habitual a la hora de transportarlas en un coche. Fijarlas al mencionado portabicicletas sin ningún tipo de seguridad añadida, también. En el siguiente vídeo, un claro ejemplo de que, para un ladrón, un portabicicletas sin seguridad alguna es un reclamo muy jugoso, sobre todo circulando por ciudad y muy especialmente en las obligatorias paradas en semáforos o retenciones.
