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Gabriel Wibmer desata el Freeride urbano en Praga con su nuevo proyecto 'Wibmer Impossible'

El ciclista austriaco, una de las grandes referencias del Freeride urbano en Europa, eligió la capital checa para grabar su último proyecto audiovisual, un clip de siete minutos que combina persecuciones, saltos milimétricos y maniobras al límite.

Praga se convirtió recientemente en el escenario de una de las producciones más ambiciosas de Gabriel Wibmer. El ciclista austriaco, una de las grandes referencias del Freeride urbano en Europa, eligió la capital checa para grabar su último proyecto audiovisual, un clip de siete minutos que combina persecuciones, saltos milimétricos y maniobras al límite. El resultado es Wibmer Impossible, un vídeo que vuelve a situar al joven piloto entre los nombres más creativos del Mountain Bike contemporáneo.

Gabriel Wibmer en acción. Imagen: Hannes Berger
Gabriel Wibmer en acción. Imagen: Hannes Berger

Un guion de acción y un recorrido urbano llevado al extremo

El punto de partida del vídeo es una escena cotidiana: un robo en plena calle que desencadena una persecución por algunos de los rincones más emblemáticos de Praga. Con su Canyon Torque DH CLLCTV, Wibmer transforma zonas turísticas y calles estrechas en un circuito improvisado de Descenso urbano que exige precisión absoluta. El rodaje se extendió durante 26 días repartidos en cuatro bloques, aunque el propio deportista reconoce que el potencial de la ciudad permitiría trabajar durante semanas.

Las escaleras, habituales en este tipo de producciones, pusieron a prueba su capacidad de cálculo en tramos rápidos y zonas especialmente angostas. Aun así, fueron los movimientos más técnicos los que exigieron un mayor número de repeticiones. El salto desde un muro sincronizado con la carrera del actor que interpreta al ladrón necesitó más de cincuenta intentos, mientras que los ejercicios en fakie y los apoyos sobre el rail reclamaron una combinación de concentración y control mental sostenida durante horas.

Entre los momentos más destacados figura un stepdown backflip entre árboles que Wibmer afrontó con una rampa mínima y un despegue poco definido. El takeoff no estaba perfectamente modelado y apenas tenía treinta centímetros de altura. Hasta el último momento dudé si debía intentarlo o si técnicamente era viable. Fue un reto de verdad, afirma. También sobresale la travesía sobre el arco del puente Troja, situado a más de treinta metros de altura, una secuencia que culmina de forma improvisada con un wheelie en la parte superior.

El equipo de producción estuvo formado por un grupo reducido de cuatro a cinco profesionales, más un guardia de seguridad encargado de garantizar que el rodaje avanzara con normalidad en zonas con mucha afluencia. La bicicleta elegida, una Canyon Torque DH CLLCTV equipada con una horquilla Marzocchi Bomber de doble pletina, se adaptó sin problemas a un entorno urbano marcado por los cambios constantes de superficie.

Wibmer destaca que el proyecto incorpora una narrativa más elaborada que en trabajos anteriores y confiesa sentirse especialmente satisfecho con el resultado final. Hemos creado algo diferente, con una historia que atraviesa todo el metraje. Estoy muy orgulloso de cómo hemos trabajado y del vídeo en su conjunto. También del making of, que es muy especial teniendo en cuenta lo reducido del equipo, resume.

Además del vídeo principal, el proyecto incluirá casi una hora de material detrás de las cámaras que llegará próximamente a YouTube, ofreciendo una visión detallada del proceso creativo, de las dificultades del rodaje y del ambiente de trabajo durante las semanas que duró la producción.