A la hora de realizar pequeños cortometrajes y documentales como el de Cima o nada de Tomi Misser, lo más habitual es encontrarse con unos cuantos minutos de vídeo donde se reflejan los mejores momentos y sensaciones vividas durante la grabación del proyecto. Siempre suelen quedar fuera de cualquier trabajo los momentos más duros, esos que casi hacen renunciar a los protagonistas, pero que también sirven para comprender la dureza y dificultad de la aventura emprendida. En La dura realidad, Tomi Misser muestra los momentos buenos y no tan buenos que vivió durante su reto en el Kilimanjaro.
