La triple campeona del mundo de ciclocross, Fem van Empel, ha comunicado que se retira de la competición de forma indefinida a partir del 1 de enero. La ciclista neerlandesa toma esta decisión con el objetivo de recuperar el equilibrio personal y centrarse en su bienestar mental, según ha informado su equipo, el Visma Lease a Bike, mediante un comunicado oficial.
Una pausa necesaria tras varias señales de alarma
Van Empel, de 23 años, ya había reducido su actividad deportiva el pasado mes de marzo, momento en el que decidió dejar el ciclismo en carretera para atender tanto su estado mental como distintas molestias físicas. Tras ese paréntesis, la corredora optó por reenfocar su preparación con la vista puesta en el regreso al ciclocross al inicio de la temporada invernal.
El proceso de entrenamiento y las primeras carreras ofrecieron sensaciones inicialmente positivas, aunque con el paso de las semanas esa confianza fue diluyéndose. El punto de inflexión llegó durante el Koppenbergcross, prueba en la que se vio obligada a abandonar. Según explicó la propia corredora, aquel episodio fue determinante para tomar conciencia de la situación que estaba atravesando.
En palabras de la neerlandesa, su cuerpo y su mente enviaron un mensaje claro en ese momento. A pesar de ser una deportista acostumbrada a la exigencia y a la presión competitiva, reconoce que la decisión de parar ya estaba tomada de forma inconsciente y que ahora siente que es el paso adecuado.
Desde el equipo Visma Lease a Bike, la reacción ha sido de respeto y comprensión. El director ejecutivo de la estructura, Richard Plugge, ha lamentado la pérdida temporal de una de las corredoras más determinantes del ciclocross actual, aunque ha subrayado que la prioridad es la persona antes que el resultado deportivo. Plugge recordó la importancia de Van Empel en la historia reciente del equipo y su papel en la consecución de múltiples títulos mundiales y europeos.
Tras varias conversaciones internas, la ciclista concluyó que lo más sensato es replantear su carrera sin una fecha marcada para el regreso. Reconoce que, en estos momentos, no encuentra la motivación ni la satisfacción que durante años le proporcionó la competición, y considera que lo más honesto era trasladar esta realidad al equipo.
Van Empel cierra esta etapa agradeciendo el apoyo recibido por parte de su entorno, de la estructura deportiva y de la afición, y deja abierta la puerta a un futuro todavía por definir. Su caso vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la presión en el deporte de élite y la necesidad de atender la salud mental incluso en atletas jóvenes y exitosos.