Florian Vermeersch se proclamó campeón del mundo de gravel tras una actuación memorable en los caminos de Limburgo (Países Bajos). El belga, que había sido subcampeón en 2023 y 2024, alcanzó al fin la gloria en una jornada marcada por el esfuerzo, la estrategia y el dominio colectivo del bloque nacional.

El belga logra su primer título mundial con una ofensiva de más de 120 km
La prueba, de 180 kilómetros, ofreció un espectáculo intenso desde el inicio, con un ritmo altísimo y varios tramos técnicos de tierra y adoquín que hicieron la selección de forma natural. Vermeersch, integrante del Lotto-Dstny, lanzó su ataque decisivo a más de 120 kilómetros de meta, una distancia poco habitual para una ofensiva de ese calibre.
Al principio, contó con varios acompañantes en la escapada principal, pero uno a uno fueron cediendo hasta quedarse completamente solo a 19 kilómetros del final. El neerlandés Frits Biesterbos fue el último en resistir el ritmo del belga. Aun así, logró mantener el segundo puesto y celebró con emoción su primer podio mundialista.
En tercera posición cruzó la meta el esloveno Matej Mohorič, campeón del mundo en 2023, encabezando un grupo perseguidor que llegó a 1 minuto y 23 segundos del vencedor. Floris van Tricht completó la sólida actuación belga con un meritorio cuarto puesto, mientras que Thomas Pidcock, uno de los favoritos al título, terminó sexto a 1:41.
La estrategia del equipo belga resultó impecable. Desde el inicio, sus corredores controlaron los movimientos clave y aseguraron presencia constante en los grupos delanteros. Vermeersch aprovechó ese trabajo con inteligencia y potencia, ejecutando una carrera perfecta en la que supo medir esfuerzos y mantener la calma incluso tras un pinchazo en los primeros kilómetros.
Fue un inicio caótico, pero logré volver al grupo y luego vi mi oportunidad. Sabía que tenía que seguir hasta el final
, relató el flamenco tras la meta, aún visiblemente emocionado. Con esta victoria, Vermeersch sucede a Mathieu van der Poel en el palmarés y suma su primer maillot arcoíris en cualquier disciplina.
El Mundial de Gravel UCI 2025 dejó claro que Bélgica ha alcanzado una posición de referencia en la especialidad. La combinación de potencia, técnica y cohesión de equipo volvió a marcar la diferencia frente a selecciones más fragmentadas. En esta ocasión, el trabajo colectivo tuvo su recompensa en forma de oro mundial.