La París-Roubaix es una de las carreras de ciclismo más icónicas y temidas del mundo. Conocida como El Infierno del Norte, esta carrera de un día se lleva a cabo en el norte de Francia y presenta un recorrido lleno de adoquines, polvo y barro. Desde su primera edición en 1896, ha sido una prueba de resistencia y habilidad para los más grandes ciclistas de todo el mundo.
El recorrido de la París-Roubaix se caracteriza por sus famosos tramos adoquinados, también conocidos como sectores. Estos tramos se han convertido en una parte integral de la carrera, con algunos de ellos siendo tan icónicos como los monumentos que se encuentran en el recorrido del Tour de Francia.
El más famoso de estos sectores es el Carrefour de l'Arbre, un tramo de 2.1 kilómetros lleno de baches y polvo que ha sido el escenario de muchas batallas épicas en la historia de la carrera. Además de los sectores adoquinados, los ciclistas que participan en la carrera también tienen que enfrentarse a las condiciones climáticas impredecibles del norte de Francia.
La lluvia, el viento y el frío son una constante en la París-Roubaix, lo que hace que la carrera sea aún más desafiante para los corredores. Ganar El Infierno del Norte es una hazaña que se encuentra en la lista de deseos de muchos ciclistas profesionales. La carrera también es muy popular entre los aficionados, quienes acuden en masa a los sectores adoquinados para ver a sus ídolos pasar a toda velocidad.
El origen de la París-Roubaix y su importancia en el ciclismo
La primera edición de la París-Roubaix se llevó a cabo en 1896 y fue idea del ciclista francés Théodore Vienne. Vienne quería crear una carrera que fuera más desafiante que cualquier otra carrera existente en ese momento y decidió utilizar los adoquines como parte del recorrido.
La idea de Vienne fue bien recibida por los ciclistas y la carrera se convirtió rápidamente en una de las más importantes de la temporada. La primera edición de la París-Roubaix fue ganada por el ciclista alemán Joseph Fischer, quien completó la carrera en poco más de 10 horas.
A medida que la París-Roubaix se fue haciendo más popular, la carrera comenzó a evolucionar. En la década de 1960, se agregaron más sectores adoquinados al recorrido, lo que hizo que la carrera fuera aún más desafiante para los ciclistas. Hoy en día, la prueba cuenta con más de 50 kilómetros de sectores adoquinados distribuidos en todo el recorrido.
A lo largo de su historia, la París-Roubaix ha visto algunas de las batallas más épicas del ciclismo. Uno de los momentos más recordados de la carrera ocurrió en 1985, cuando el ciclista belga Marc Madiot, ganó la carrera en solitario después de escaparse del pelotón a más de 50 kilómetros de la línea de meta. La victoria de Madiot se considera como una de las más impresionantes en la historia de la París-Roubaix.
A pesar de su reputación como una de las carreras más difíciles del mundo, la París-Roubaix ha sido ganada por algunos de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Eddy Merckx, Bernard Hinault, Tom Boonen y Peter Sagan, entre otros, han ganado la carrera en varias ocasiones.
La París-Roubaix también ha sido el escenario de algunos momentos trágicos. En 2018, el ciclista belga del Veranda Willem, Michael Goolaerts, sufrió un paro cardíaco durante la carrera, en el tramo adoquinado de Viesly. Fue atendido por los servicios médicos, que tuvieron que usar técnicas de reanimación y un desfibrilador, para posteriormente ser trasladado en helicóptero al hospital de Lille, donde finalmente falleció esa misma noche.
Hoy en día, la París-Roubaix sigue siendo una de las carreras más importantes del ciclismo y es seguida por millones de aficionados en todo el mundo. La carrera es parte integral de la temporada de clásicas de primavera y una de las carreras más icónicas del mundo, atrayendo edición tras edición a algunos de los mejores ciclistas del momento.