La historia reciente del ciclismo femenino ha experimentado una transformación sin precedentes gracias a la consolidación del Tour de France Femmes avec Zwift, que en 2025 celebra su cuarta edición. Este evento, considerado la pieza clave para el impulso de la modalidad femenina, ha propiciado un cambio de paradigma tanto en la visibilidad mediática como en la inversión y profesionalización de las corredoras.

Un antes y un después en la visibilidad del ciclismo femenino
Hasta 2022, el ciclismo profesional femenino carecía de la proyección mediática y de los recursos de su homólogo masculino. La inclusión del Tour de France Femmes en el calendario del Women’s WorldTour no solo ha incrementado la presencia en medios, sino que también ha propiciado el desembarco de nuevos patrocinadores y la llegada de mayores presupuestos. El crecimiento ha sido especialmente notable en plataformas como Zwift, donde el porcentaje de mujeres en las nuevas suscripciones ha pasado del 18% en 2022 al 23% en la actualidad.
El pelotón femenino vive una auténtica revolución. La UCI, al instaurar la categoría WorldTour en 2020, estableció un salario mínimo obligatorio que ha pasado de 15.000 € a 31.768 € en 2025 para las nuevas ciclistas. Además, la reciente creación de la categoría ProTeam ha supuesto un nuevo impulso salarial, con mínimos de 20.000 € que crecerán hasta los 24.000 € en 2027. Según los últimos informes, el salario medio alcanza ya los 50.000 €, y el 15% de las corredoras percibe más de 100.000 €, aunque todavía persisten diferencias en los equipos de menor categoría.
El aumento de la competitividad es evidente. El pelotón ha evolucionado hacia una mayor diversidad de perfiles y especialidades, lo que ha provocado finales más abiertos e impredecibles. El Tour de France Femmes avec Zwift de 2024 se resolvió con una diferencia de solo 4 segundos, el margen más estrecho en cualquier edición, lo que confirma el auge de la igualdad y la emoción en carrera. El presupuesto medio de los equipos del Women’s WorldTour casi se ha duplicado desde 2022, pasando de 2,35 a 4,67 millones de euros.
El Tour de France Femmes avec Zwift se emite ya en 190 países y logró en 2024 una audiencia cercana a los 20 millones de espectadores solo en Francia. El crecimiento en redes sociales ha sido igual de notorio: los perfiles oficiales y de las ciclistas han registrado incrementos récord en seguidores e interacciones, con 74,4 millones de visualizaciones en vídeos oficiales durante el último año y más de 2,6 millones de seguidores en redes del Tour.
Sin embargo, aún existen desafíos en el acceso a las retransmisiones, especialmente fuera de Europa. En países como Estados Unidos, solo el 6% de la población sigue el ciclismo femenino, principalmente por las dificultades para acceder a la cobertura en directo. Como consecuencia, las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para mantener el interés y la conexión con el público más joven.
El efecto contagio del Tour se refleja también en la base. Un 69% de las mujeres que siguen la carrera afirman sentirse motivadas para montar en bicicleta con mayor frecuencia. Además, iniciativas como Watch the Femmes y los programas de desarrollo impulsados por Zwift contribuyen a reducir la brecha de género y a fortalecer la comunidad ciclista femenina desde la base hasta la élite.
El crecimiento del ciclismo femenino es incuestionable, pero el reto de mantener y ampliar ese progreso requiere el compromiso continuado de organizadores, patrocinadores, equipos y aficionados. Nos encontramos ante una era dorada para el ciclismo femenino, en la que la profesionalización, la visibilidad y la participación avanzan de la mano, pero cuyo éxito solo se consolidará con el esfuerzo conjunto de todo el ecosistema ciclista.