El dolor de rodilla es un problema recurrente entre los ciclistas y, en la mayoría de las ocasiones, está directamente relacionado con un ajuste inadecuado de la altura del sillín. Una posición incorrecta no solo puede afectar al rendimiento, sino que incrementa el riesgo de lesiones y molestias persistentes.

Dolor de rodilla y su relación con el sillín
El dolor localizado en la zona frontal de la rodilla, denominado síndrome femoropatelar, suele derivarse de un sillín situado a una altura demasiado baja. Esta posición obliga a una flexión excesiva de la rodilla durante la pedalada, lo que genera una sobrecarga en la rótula y los tejidos que la rodean. El resultado puede ser irritación, inflamación y, en casos prolongados, un dolor crónico que puede llegar a incapacitar.
Para minimizar esta dolencia, se recomienda ajustar el sillín de manera que la pierna quede completamente extendida al colocar el talón sobre el pedal en el punto más bajo de la biela. Este método sencillo reduce la presión sobre la rótula y favorece una extensión más natural de la pierna durante el pedaleo.
En contraposición, un sillín colocado demasiado alto suele provocar molestias en la zona trasera de la rodilla. Esta sobreextensión de la pierna somete a un esfuerzo innecesario a tendones y músculos como los isquiotibiales o el gastrocnemio, pudiendo desencadenar microlesiones y un dolor persistente en la parte posterior de la articulación.
Para evitar este tipo de lesiones, la recomendación pasa por buscar una ligera flexión de la rodilla al finalizar el golpe de pedal, siendo óptimo un ángulo de entre 25 y 30 grados. De este modo, se protege la musculatura y los tendones, manteniendo una biomecánica eficiente y saludable.
No existe una medida estándar para todos los ciclistas. Características individuales como la longitud de las piernas, la flexibilidad y el estilo de pedaleo condicionan la altura ideal del sillín. Por esta razón, los especialistas aconsejan recurrir a un estudio biomecánico o una valoración profesional, especialmente en los casos en que el dolor de rodilla se convierte en un problema recurrente.
Un correcto ajuste del sillín es decisivo tanto para prevenir molestias como para optimizar la transmisión de la fuerza en cada pedalada. Apostar por una revisión profesional puede marcar la diferencia entre disfrutar de la bicicleta y padecer lesiones evitables.