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El ejercicio físico de forma regular: ¿por qué cuesta tanto practicarlo?

Practicar ejercicio físico de forma regular es saludable y está al alcance de cualquiera, pero la gran mayoría de personas no lo hace: ¿por qué?

Hacer ejercicio físico de forma regular es una de las mejores formas de conseguir un estado de salud óptimo, tanto a nivel físico como mental. Sin embargo, no se trata de una actividad compartida por la gran mayoría de personas, más bien todo lo contrario. Solo unos pocos valientes (aunque por suerte, cada vez más) han logrado afianzar el hábito de practicar algún tipo de actividad deportiva durante tres o más días a la semana, mientras la inmensa mayoría de personas lo intenta año tras año sin conseguirlo. ¿Por qué cuesta tanto practicar ejercicio de forma regular?

En TodoMountainBike: El ejercicio físico de forma regular: ¿por qué cuesta tanto practicarlo?

Explicaciones acerca de ello hay muchas y variadas, aunque ninguna por sí sola sirve como principal motivo. La mayoría de seres humanos son reacios a practicar regularmente ejercicio físico debido a una combinación de factores de toda índole, ya sean genéticos, biológicos, psicológicos o sociales:

  • Por la genética: la forma física del ser humano se divide en tres grandes grupos somáticos: endomorfos, ectomorfos y mesomorfos. Los individuos endomorfos tienen un metabolismo más lento y tendencia al sobrepeso, acumulan grasa con facilidad y suelen estar por encima del peso medio de la población. Los ectomorfos suelen ser individuos delgados con extremidades largas, con un metabolismo acelerado y tendencia a estar por debajo del peso considerado normal, además de tener dificultades para ganar peso. Los mesomorfos se sitúan en medio de los dos anteriores grupos, y tienden a ser musculosos y atléticos por naturaleza. Según el grupo somático de cada persona, practicar ejercicio físico de forma regular puede ser más o menos difícil de llevar.
  • Por evolución biológica: algunos expertos en evolución biológica del ser humano, como el profesor de Harvard David Lieberman, sostienen que los antepasados del Homo Sapiens tenían tendencia a reposar y guardar energía cuando no estaban obligados a someter al cuerpo a exigentes jornadas de caza o se trasladaban de un lugar a otro. Este instinto de ahorro de energía es intrínseco del organismo humano, y es otra de las causas por las que el ejercicio físico regular se convierte en trabajo en lugar de placer, dando lugar a rechazo.
  • Por factores psicológicos: realizar una actividad física trae consigo ciertas situaciones incómodas que no todas las personas saben afrontar. El dolor muscular, el flato, la falta de aliento, pasar frío o, por el contrario, pasar calor, son aspectos obligatoriamente ligados al ejercicio físico que pueden convertirse en factores psicológicos muy negativos para la persona que los sufre, con el correpondiente rechazo a la actividad en favor de permanecer en la siempre segura zona de comfort de cada cual. La impaciencia también es un problema añadido, pues no son pocas las personas que, al iniciarse en un deporte, desean obtener resultados muy rápidamente y al no conseguirlo, abandonan el hábito desmotivados.
  • Por motivos sociales: la sociedad actual funciona a un ritmo endiablado. Trabajo, familia, amistades, relaciones amorosas y otros compromisos cotidianos (hacer la compra, gestiones, etc) dan lugar a muy poco tiempo libre para el ejercicio, amén de una menor energía para realizarlo y, por consiguiente, ninguna motivación para ello. Otro aspecto social muy importante es el propio entorno de la persona: si nadie de tu alrededor practica ejercicio, es muy difícil sentirte atraído hacia ello, adoptando dicho comportamiento como algo implícito en tu vida.

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