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¿Qué hacer ante un accidente con ciclistas? La conducta PAS: Proteger, Alertar y Socorrer

Los primeros 15 minutos tras un accidente con heridos graves son vitales para salvar la vida de las víctimas: la conducta PAS (Proteger, Alertar y Socorrer) se ha diseñado para ello.

Los ciclistas y los peatones son los usuarios más vulnerables de la carretera y, por tanto, los que suelen salir peor parados cuando se produce un accidente. Los primeros 15 minutos tras un accidente con heridos graves son vitales para salvar la vida de las víctimas, siendo muy importante saber cómo actuar ante esta delicada situación. La conducta PAS (Proteger, Alertar y Socorrer) se ha diseñado específicamente para ello.

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Proteger, Alertar y Socorrer, los tres pasos a seguir ante un accidente.

La conducta PAS

La conducta PAS es el método a seguir a la hora de socorrer a las víctimas de un accidente. Se trata de tres pasos concretos en un orden determinado que sirven para atender de forma eficiente una situación de emergencia con uno o varios heridos.

1. Proteger

El primer paso es proteger al herido, a uno mismo y la zona del accidente para evitar que se produzcan más daños o lesiones a las víctimas y las personas que los atienden. Entre las medidas a tomar se encuentran el parar el vehículo antes del accidente dejando las luces de emergencia puestas, colocarse el chaleco reflectante, poner el triángulo de emergencias y, en resumen, hacer todo lo que sea posible para que el resto de conductores puedan detectar la presencia del siniestro y no causar más accidentes.

En caso de tratarse de un accidente en la montaña o de cualquier otra índole, hay que asegurarse de que el herido esté alejado de la causa del accidente, por ejemplo si ha sufrido quemaduras graves o una descarga eléctrica, además de comprobar que no está expuesto a piedras o ramas que puedan caer y causarle más lesiones.

2. Alertar

El segundo paso es alertar a los servicios de emergencia mediante el número 112, válido para toda la Unión Europea. En según qué tipo de accidentes o cuando resulta imposible proteger a la víctima, el primer paso queda descartado pasando directamente al segundo, que no es otro que avisar con urgencia al centro de coordinación de emergencias para que se pongan en marcha los equipos de rescate necesarios.

Lo más importante a la hora de alertar a los servicios de emergencia es proporcionar unos datos mínimos acerca del accidente: qué ha ocurrido, el lugar exacto donde ha ocurrido, el número de personas accidentadas y su estado, los posibles peligros que siguen afectando al lugar de los hechos y los datos personales de la persona que llama.

3. Socorrer

El tercer y último paso es socorrer a las personas accidentadas en la medida de lo posible, realizando los primeros auxilios en caso necesario. Hay que tener muy en cuenta que si una persona no sabe lo que se está haciendo, puede causar más daño del ya producido. Lo más recomendable es evitar manipular a la víctima por si tuviera daños físicos severos y, en casos extremos, iniciar la reanimación cardiopulmonar hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Vale la pena mencionar que, aunque no es lo habitual, la ley española de Responsabilidad Civil contempla el delito de daño por negligencia si se intenta ayudar a un herido y, por una mala actuación, se le provoca más daño del que ya tiene. Ante la duda, siempre se puede actuar ofreciendo apoyo psicológico, que viene a ser lo mismo que permanecer junto a la víctima hablándole, tranquilizándole y dándole la mano hasta la llegada de los servicios de emergencia.

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